El destacado diseñador industrial y académico de la U. San Sebastián, Carlos Hinrichsen, dice que “la integración del diseño, la animación, la innovación, la transformación digital -mediados por tecnología- son cada día más necesarios y relevantes para la oferta de servicios y de productos físicos y digitales”.
En 1988, con 30 años y con el título de diseñador industrial de la Universidad Católica, Carlos Hinrichsen partió a Japón junto a su esposa y dos hijos a estudiar una maestría en ingeniería en el Instituto de Tecnología de Kioto. Su interés estaba en la frontera del conocimiento de aquel entonces, en las redes neuronales. Pero allí aprendió algo más que lo ha marcado de por vida: que la creatividad es un factor esencial para el éxito, llegando a convertirse en el primer latinoamericano en presidir la Organización Mundial del Diseño (WDO), ex ICSID.
“Tendemos a pensar que los creativos son personas que vienen del mundo artístico. Pero no es así. Lo que me interesó de la cultura de Japón es que ven a la creatividad como parte de todas las disciplinas que se pueden cultivar”, afirma.
Esta mirada puesta en la creatividad y en la tecnología es la que quiere imprimir a su nuevo desafío como decano de la nueva Facultad de Diseño Digital e Industrias Creativas de la Universidad San Sebastián, cuyos primeros estudiantes se incorporarán el próximo año a las carreras de Diseño de Productos y Sistemas Inteligentes, Diseño Digital de Servicios, y Animación Digital.
¿Qué características tiene la industria del diseño en el siglo XXI?
Lo puedes ver al observar cómo se empaquetan los servicios o los productos; esta mezcla de integración del diseño, la animación, la innovación, la transformación digital -mediados por tecnología- son cada día más necesarios y relevantes para la oferta de servicios y de productos físicos y digitales. Entonces, es un entorno que nos rodea todos los días, son industrias en crecimiento, en expansión.
¿Para la industria del diseño hay un antes y un después de la pandemia?
De todas maneras. Algo que se iba a demorar 10 años se implementó en uno. Y no solamente en Chile. Esta pandemia obligó a un aceleramiento de la transformación digital y a asumir desafíos que eran impensados en todo el mundo. Si vemos la realidad chilena, en febrero nadie pensaba en el despliegue masivo de la educación a distancia y el teletrabajo. Pero en un mes cambió todo. La pandemia va a seguir alterando la realidad de la sociedad, de la industria y de la educación, y ha sido un catalizador para las opciones de emprendimientos con plataformas tecnológicas, que surgen como necesidades urgentes relacionados con esta nueva sociedad.
¿Cuáles son los ejes que ve en la industria del diseño?
En términos generales, destaco la mezcla que se produce entre transformación digital, diseño, creatividad y animación, pues son las nuevas fronteras de esta industria. Es decir, el camino está en ir hacia donde se están moviendo los nuevos usuarios que esperan ser sorprendidos con nuevos servicios y productos para experimentar soluciones innovadoras. El futuro está en el diseño.
¿Qué está ocurriendo en las nuevas fronteras del diseño?
Hoy se habla del concepto de inteligencia aumentada, que es la inteligencia artificial más las capacidades cognitivas humanas trabajando colaborativamente.
“También hay que observar de cerca lo que ya está ocurriendo en países como Singapur con la implementación temprana de la red 5G y su impacto en el diseño. La interconexión de productos y de servicios que se están generando a partir de la integración de distintos tipos de sistemas es notable y está afectando la vida de las personas. La generación de información a la que vamos a tener acceso para tomar mejores decisiones y las implicaciones de tener más objetos conectados va a significar un desafío mayor para el diseño y la creatividad”.
¿Cuán dinámica es la industria del diseño a nivel mundial?
Si uno lo ve desde la perspectiva del potencial de crecimiento, son industrias que generan más menos el PIB de Chile (USD 294.000 millones en 2019) en el caso de la industria de diseño; por lo tanto, estamos hablando de industrias súper dinámicas, y dependiendo de dónde se vea, hay crecimientos anuales de 3%, 8% u 11%, que están por sobre el rendimiento tendencial de la economía chilena, y por sobre la media del mundo, y eso también lo hace atractivo.
¿Cómo visualiza el desarrollo del emprendimiento en este tipo de industrias?
La gracia que tiene el mundo digital es que te baja las barreras de entrada y se genera más competencia. Tú ves grandes emprendimientos con plataformas digitales. En Chile destacan los casos de Cornershop y The Not Company, por nombrar algunos. Además, es cosa de ver cómo las grandes empresas compran a pequeños emprendimientos para desarrollar músculo o capacidades que no tenían previstas.
¿Cómo mantenerse vigente en un contexto digital tan acelerado como el actual?
Primero que todo, hay que tener en cuenta que es muy difícil que nazca un emprendimiento que no tenga un componente digital, y que este requiera de diseño para relacionarse con los clientes, para materializarse. Las transformaciones y cambios digitales nos deben mantener siempre alerta, buscando nuevas oportunidades, porque nos llevan a opciones que están en las fronteras entre diversas disciplinas, del conocimiento, de la investigación. Eso ocurre en el ámbito del diseño, del diseño digital, de las industrias creativas, la animación y otras expresiones. El desafío es meternos en las fronteras, allí están las nuevas oportunidades, donde el trabajo interdisciplinario es el camino para asumir los grandes desafíos de la sociedad y de la industria.
Revisa la entrevista en La Tercera