¿Su vínculo con los animales? ¿La vida rural? Esto es parte de lo que se busca responder en el marco de la línea de investigación «Modelo de longevidad patagónico«, del programa Territorial Hito de Vinculación con el Medio USS Más Salud Más Cerca, cuyo objetivo es identificar dentro de la población de Segundo Corral aquellos aspectos que potencian vidas más largas.
Una Zona Azul es un lugar del mundo donde las personas viven significativamente más años y con mejor salud que el promedio. Allí, llegar a los 90 o 100 años en buenas condiciones físicas y mentales es común. Su estilo de vida, alimentación y vínculos sociales parecen tener la clave de la longevidad. Existen cinco Zonas Azules identificadas en el mundo: Okinawa (Japón), Cerdeña (Italia), Icaria (Grecia), la península de Nicoya (Costa Rica) y la comunidad de Loma Linda (California, EE.UU.). En todas ellas se observan patrones similares que favorecen una vida larga y saludable. ¿Será Segundo Corral una nueva Zona Azul?
«Aplicamos entrevistas que permiten una evaluación geriátrica completa con el fin de generar un análisis etnográfico que busca obtener datos útiles para elaborar una publicación científica en base a la información recabada», explica el becado, Cristián Acevedo.
Además, estudiantes y académicos de la carrera de Medicina Veterinaria realizaron intervenciones de salud animal durante la visita. «La creación de material pedagógico audiovisual de entrevistas a la comunidad sobre la percepción del vínculo humano-animal en zonas rurales, la práctica de 11 cirugías de esterilizaciones felinas, 10 exámenes clínicos generales de equinos y charlas educativas para un correcto manejo sanitario”, señala María Paz Blanco, académica VcM de la Facultad de Medicina, líder de Más Salud Más Cerca.
Pablo Gómez, académico VcM de Medicina Veterinaria, afirma que las actividades veterinarias tuvieron tres objetivos fundamentales: “controlar la población de gatos; atención equina que incluyera control sano, antiparasitarios y vitaminas y, por último, realizar entrevistas para identificar el vínculo de la población con los animales domésticos”.
Paz Yaeger, estudiante de Medicina Veterinaria, valoró la instancia como un aporte fundamental para su formación profesional. “Estos proyectos aportan mucho a nuestro desarrollo profesional, ya que no solo entregan la posibilidad de hacer un trabajo práctico, sino también de conocer diferentes realidades, en donde no siempre estarán los recursos y medios que son necesarios para los procedimientos, por lo que me permiten mejorar nuestra capacidad de resolución de problemas”.
En tanto, Claudia Alegría, agente Comunitario de Salud Rural del Servicio de Salud del Reloncaví, resaltó que este proyecto ha permitido ganar una confianza extra, porque ha crecido la concientización del autocuidado. “Después de algunas consultas con los visitados, hubo un cambio anímico muy importante y esperanzador para ellos, que se sienten tomados en cuenta y acompañados”.