“Ningún profesor puede tener calidad docente si no está sano”, dice la destacada experta en educación y neurociencias.
Actualmente, en medio del contexto de Reforma Educacional, hay cada vez más exigencia a nivel de calidad docente, pero nadie se hace cargo de las tensiones que vive el profesor. “A esto le llamamos el elemento oculto de la efectividad docente. Ningún profesor puede tener calidad docente si no está sano”, dice la destacada Dra. Amanda Céspedes, miembro del directorio de Educación 2020 y experta en educación y neurociencias.
Esto se puede ver reflejado “cuando un profesor empieza a distanciarse afectivamente de los alumnos, se aleja profesionalmente de su labor, es indiferente que aprendan o no, y entra en un estado de apatía, de frialdad afectiva”.
“Actualmente, dos de cada tres profesores llevan consigo enfermedades que tienen relación con el agobio laboral. Van al médico, pero no relacionan sus síntomas con el agobio”, cuenta.
Ante esto, plantea el uso de cinco recursos internos que pueden ayudar a enfrentar esta realidad:
Una vez que un profesor agobiado comienza a hacer uso de estos recursos, entra en un círculo virtuoso de la protección activa. “Cuando el profesor comienza a conocer sus recursos internos, los activa, los irradia y los alumnos los reciben”, dice, permitiendo una mejora en todo el contexto educativo, donde los profesores pueden hacerse cargo de la responsabilidad de la calidad de la educación estando sanos.