Una puerta a nuevos tratamientos: Origen del Parkinson estaría en el intestino

El Dr. Rodrigo Pacheco, académico de la Facultad de Medicina y Ciencia, lidera una línea de investigación enfocada en comprender el origen de esta devastadora enfermedad, a fin de encontrar maneras de frenar su desarrollo.

La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo que afecta a cerca de nueve millones de personas en todo el mundo, y cuya prevalencia se ha duplicado en los últimos 25 años. En medio de un escenario epidemiológico alarmante, agravado por el envejecimiento de la población, el Dr. Rodrigo Pacheco, investigador de la Facultad de Medicina y Ciencia de la U. San Sebastián y del Centro Científico y Tecnológico de Excelencia Ciencia & Vida, busca esclarecer el origen de esta enfermedad, y con ello encontrar nuevas posibilidades para tratarla.

 

La aparición de los síntomas de Parkinson es en general lenta, pero progresiva. La sintomatología clásica suele aparecer cuando la degeneración neuronal se ve ya muy avanzada, incluyendo temblores en la mano, lentitud en el movimiento de las extremidades o rigidez muscular. El habla puede volverse monótona o arrastrada, el rostro puede dejar de mostrar expresión o los brazos pueden no balancearse con naturalidad al caminar. Además, existe una amplia gama de síntomas no motores; algunos van apareciendo de manera temprana, como trastornos del sueño o inflamación intestinal, y otros más tardíamente como psicosis, deterioro cognitivo y trastornos del estado de ánimo. La pérdida progresiva de la capacidad física y mental conduce a una discapacidad total.

 

Rodrigo Pacheco explica que “en la enfermedad de Parkinson se genera una proteína anómala en el cerebro llamada alfa sinucleína. El sistema inmune reconoce a esta proteína como una amenaza, y desencadena una respuesta inflamatoria contra ésta. Entonces, esta respuesta autoinmune destruye un tipo de neuronas del cerebro que son las que controlan los movimientos voluntarios”.

 

Ahora bien, la investigación que lidera el Dr. Pacheco ha llegado a la hipótesis de que esta respuesta autoinmune que ocurre en el cerebro comienza en el intestino, a través de mecanismos que actualmente busca dilucidar. Entre otros factores, esta hipótesis está apoyada por la aparición temprana de inflamación intestinal en los pacientes con Parkinson, lo que ocurre varios años antes de la aparición de los síntomas motores.

 

Junto a su equipo, han descubierto que la flora intestinal tiene un rol fundamental en desencadenar la enfermedad en individuos genéticamente susceptibles, junto con los linfocitos T, que son células del sistema inmunitario involucradas en la respuesta autoinmune. “Creemos que en el intestino es donde se genera la respuesta de linfocitos T contra la alfa sinucleína, misma respuesta que en el futuro ataca a las neuronas en el cerebro y generan problemas motores”, puntualiza.

 

El científico plantea que en la enfermedad de Parkinson ocurre una alteración de la microbiota intestinal, provocando entre otras cosas la producción de ácidos grasos de cadena corta en una proporción inadecuada. Es importante notar que estos ácidos son metabolitos que producen exclusivamente las bacterias, pero pueden actuar sobre las células de nuestro organismo. Así, hoy busca explicar cómo ese cambio en la composición de los ácidos grasos de cadena corta que se producen en el Parkinson afecta al comportamiento del sistema inmune, y determinar la relación entre los ácidos grasos de cadena corta y el desarrollo de la enfermedad.

 

Para ello, el Dr. Pacheco ha recibido el apoyo de la Fundación Michael J. Fox, fundada por el actor que protagonizó junto a Christopher Lloyd la trilogía de ciencia ficción “Volver al Futuro”, y que está dedicada a encontrar una cura para la enfermedad a través del financiamiento de avances científicos y terapéuticos en todo el mundo.

 

Paralelamente, lleva adelante una arista de investigación aplicada que busca desarrollar una inmunoterapia capaz de apagar de manera específica la respuesta autoinmune, y la destrucción de neuronas asociadas a Parkinson. En 2022, se adjudicó un proyecto FONDEF que actualmente busca evaluar la eficacia y la seguridad de esta terapia en modelos de Parkinson en modelos preclínicos.

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