Columna: Año Nuevo, Covid-19 y la expresión de emociones

Año Nuevo no sólo es motivo de celebración. También es un momento más reflexivo donde emergen las emociones vinculadas a lo vivido durante el año. 

Año nuevo 2022 imagen principal

Cuando llega fin de año nos damos cuenta de que muchos objetivos no fueron logrados y otros sí. También entramos en una fase más bien contemplativa y eso a veces provoca que el estado de ánimo decaiga sin que necesariamente se traduzca en un cuadro depresivo. Sin embargo, en el caso de alguien que está transitando por un trastorno afectivo podría agudizarse la sintomatología depresiva.

En general, la mayoría de las personas entra en una fase de evaluación y contemplación del año con sus metas, logros y pendientes. 

A diferencia de lo que fue el año pasado, cuando la gente permaneció por más tiempo en aislamiento o apartada por las restricciones sanitarias producto de la pandemia, lo que implicó que muchos grupos familiares no pudieran reunirse en estas fechas, en esta ocasión las personas tienen la posibilidad de compartir de una manera más habitual y esto probablemente repercutirá en la predisposición que tengan hacia esta fecha.

En todo caso, no se puede dejar de lado que hemos sobrevivido a una crisis sanitaria y planetaria, pero también hubo muchas pérdidas partiendo por la muerte de un familiar o el desempleo y eso queda en el registro de experiencia de cada uno para reflexionar en Año Nuevo.

Por eso, las personas no sólo están contemplando lo que fue este año 2021, sino que en realidad están mirando todo lo que ha sido este período de pandemia y de alguna manera hay que habituarse a vivir en la incertidumbre. Por cierto, eso quita un poco la posibilidad de proyectarse y afecta nuestra salud mental.

César Carreño Miranda
Académico de la Facultad de Psicología
Universidad San Sebastián

 

 

 

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