La medida fue tomada por el Banco Central tras detectar una “acumulación relevante de monedas” en el mercado nacional dejándonos sólo con la versión más nueva.
Diez tabletones, veinte chocolates de $5 o dos ricolate. También, y si lo tuyo eran los videojuegos en vez de las golosinas, podías comprar cuatro fichas. Lo anterior ocurría hace algunos años, trasladándonos a una realidad donde con una moneda de $100 te sentías millonario, accediendo a un mundo de oportunidades y posibilidades.
Por eso la noticia de que el Banco Central tomó la medida de retirar la clásica moneda de $100 golpeó a toda una generación, trayendo consigo una serie de remembranzas. Pero calma, que todo tiene explicación. Porque el ente regulador informó a las instituciones bancarias que las monedas emitidas entre 1981 y el 2000 serán consideradas “no aptas” y empezarán a ser sacadas de circulación gradualmente tras detectar “una acumulación relevante de monedas” de la denominación de $100 en el mercado y, particularmente, en poder de los bancos comerciales y empresas gestoras de efectivo.
Al respecto, el economista y académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad San Sebastián, Francisco Aravena explicó que “la medida implica que las antiguas monedas de $100 (de color café rojizo) seguirán teniendo el valor de siempre para los usuarios, pero una vez que lleguen a los bancos, estos las enviarán al Banco Central para que la circulación eventualmente se componga solo con las más nuevas. Por esta razón las entidades bancarias y las empresas externas, que le presten servicios relacionados con el manejo del efectivo que reciban antiguas monedas de $100, deberán sacarlas de circulación y remitirlas al Banco Central en los términos que el instituto emisor acuerde con cada entidad bancaria”.
El también director del Centro de Economía Aplicada y docente de Ingeniería Comercial USS añadió que la medida tiene como fundamento “eliminar gradualmente la convivencia de las dos monedas de $100, de diseño y características diferentes, a fin de evitar confusiones para el público general, atascos en máquinas o recolectoras y disminuir tiempos de gestión del efectivo de empresas y bancos comerciales”, explicó el profesional.