Las claves para consolidar una empresa familiar

Las empresas familiares tienen como principal desafío el desarrollar protocolos para evitar el conflicto, definir roles y acordar procesos de sucesión con un control adecuado.

Historias de grandes empresas que han nacido en la cocina o en el garaje de una casa familiar hay muchas. Organizaciones que han crecido bajo el sello de un apellido y gracias al esfuerzo de generaciones. Son las empresas familiares que, pequeñas, medianas o grandes, tienen características propias que les otorgan en ocasiones grandes ventajas al momento de competir en el mercado.

Pero ¿qué es una empresa familiar? Este concepto apunta a la propiedad y también a la organización económica o del trabajo de una empresa. “Es importante señalar que la mayoría, cerca de tres cuartos de las empresas chilenas son empresas familiares y son las más importantes en generación de empleos. El fenómeno se repite globalmente, con variaciones locales”, dice el abogado Carlos Salazar, director de la Escuela de Derecho de la Universidad San Sebastián.

Para clarificar el concepto, explica que la empresa que no es familiar es aquella en que la propiedad legal, la administración o la ejecución es de o está entregada a personas que no se relacionan familiarmente. Por ejemplo, no son familiares (conceptualmente) las empresas del Estado. En principio no son familiares las empresas de capital que transan títulos públicamente. No son familiares las empresas que, con independencia de que el capital mayoritario pertenezca a personas emparentadas, han desarrollado un gobierno corporativo profesionalizado, externo, con personas en las gerencias, directorios, jefaturas, etc., que están allí por sus cualificaciones técnicas y no por ser relacionados familiarmente con los dueños, plantea el académico.

Origen

El psicólogo experto en temas de emprendimiento y académico de la Facultad de Psicología de la USS, Felipe Parra, indica que una distinción fundamental y evidente en sus orígenes es la incorporación del factor familia como parte de su negocio. “Si se piensa en un emprendimiento y sus primeras etapas, la familia cumple un rol crucial, ya sea un soporte emocional, el aporte económico o como evaluadores y figuras de retroalimentación en relación al éxito o fracaso de las iniciativas”, asevera.

En las primeras etapas, es clave que la familia comparta algunas ideas comunes para concretar con éxito el negocio. “Lo primero es el convencimiento del grupo familiar de que el proyecto tendrá un impacto positivo, ya sea oportunidades de desarrollo, ingreso económico, utilización de algún bien en desuso, entre otros beneficios”, menciona el académico. También es relevante, indica el psicólogo, comprender las nuevas funciones y prioridades que tendrá la figura del emprendedor o emprendedora sobre todo durante la primera etapa. Asimismo, es necesario determinar qué papel juega el entorno familiar en el proyecto, por ejemplo, algunos parientes prestan soporte emocional; otros, soporte financiero, otros ayudan de forma más técnica, operativa, etc.

Desafíos

El académico USS comenta que el modelo clásico para analizar las empresas familiares es lo que se conoce como el del “equilibrio del barco”, que implica una sana relación entre la familia, la propiedad y la empresa. “Cabe destacar que este modelo no aplica para empresas no familiares, donde no están estas tres aristas”, asevera.

El psicólogo indica que el desbalance entre familia, propiedad y empresa es lo que genera los conflictos que son más comunes que en organizaciones que no poseen miembros familiares, debido a que se mezclan roles, relaciones interpersonales y el factor emocional, acompañado de una historia compartida. En ese sentido, las empresas familiares tienen como principal desafío el desarrollar protocolos para evitar el conflicto, definir roles y acordar procesos de sucesión con un control adecuado (protocolos realizados entre los familiares es una buena idea en este punto, a pesar de que requieren mucho tiempo y energía). También se requiere el compromiso de todos los trabajadores y un liderazgo adecuado a la realidad de la empresa y familia.

Vea el reportaje en diario El Sur