¿Qué es la inulina? Entérate de sus múltiples beneficios
La inulina tiene propiedades que mejoran la calidad de vida de quienes sufren afecciones al colon y contribuye a mejorar la protección y el equilibrio del intestino.
La inulina es un carbohidrato no digerible, libre de sabor y de bajo aporte calórico que está presente en muchos vegetales, frutas y cereales, por lo cual, sin darnos cuenta, forma parte de nuestra dieta.
En la actualidad, a nivel industrial, la inulina se extrae de la raíz de la achicoria y se utiliza como ingrediente en alimentos “funcionales”, entendiendo que un alimento funcional es aquel que aparte de entregar un aporte nutricional al organismo, propicia otros beneficios fisiológicos.
La inulina y sus derivados son generalmente llamados “fructanos”, dado que están constituidos básicamente por cadenas de fructosa, los cuales ofrecen múltiples usos como ingredientes en la formulación de alimentos. A nivel de tecnología de alimentos, posee propiedades similares a las del almidón, como agente espesante, retiene el agua y estabiliza geles; y mejora la aceptabilidad de yogures y productos lácteos elaborados con leche descremada, impartiéndole una mayor cremosidad, lo que permite los efectos sensoriales deseados.
Simultáneamente, aporta beneficios a la salud. El primero es su función de fibra dietética, con los efectos fisiológicos atribuibles a este tipo de compuestos, como son la disminución de los niveles lipídicos y glucosa en sangre y la acción laxante. Otro beneficio ligado al anterior es la capacidad de la inulina de modular la flora intestinal, debido a su efecto prebiótico. Estudios in vivo muestran que solo 4 gramos de inulina o de sus compuestos relacionados diarios, son efectivos para incrementar el número de bacterias beneficiosas en el colon.
Al ser una fibra, en adultos mayores ofrece distintos beneficios: contribuye a mejorar la protección y el equilibrio del intestino, estimulando y restaurando la flora intestinal a través de las bifidobacterias y favorece la absorción de algunos minerales como el calcio, lo que ayuda a la prevención de la osteoporosis.
Otras de sus propiedades son las de ayudar a regular el tránsito intestinal; en la prevención de cáncer de colon y de mama; disminuye el colesterol y los triglicéridos; estimula los componentes del sistema inmune; favorece la síntesis de vitamina B; inhibe el crecimiento de las bacterias dañinas; reduce los niveles de glucosa en la sangre; y mejora la calidad de vida de personas con colon irritable. Algunas de estas razones, hacen que ya sea habitual su consumo como suplemento en preparados comerciales y/o en alimentos funcionales.
Carolina Barriga Islas
Directora del Bachillerato en Ciencias de la Salud
Universidad San Sebastián, sede Valdivia