Calafate: investigadora USS estudia sus beneficios en mujeres con menopausia

Carla Guzmán, académica de la Universidad San Sebastián, lidera proyecto Fondecyt que estudia el impacto del calafate en la disminución de riesgos cardiovasculares en quienes las consumen. “Nos preocupamos por las mujeres con menopausia, porque suelen estar a la deriva del sistema de salud”, explica.

Mujer de pie, con manos cruzadas, mirando de frente a cámara.

¿Un dieta rica en calafate puede disminuir los riesgos cardiovasculares de las chilenas? Esa es la premisa que mueve la actual investigación de la Dr. Carla Guzmán, académica de la Facultad de Ciencias de la Rehabilitación y Calidad de Vida de la Universidad San Sebastián, que centra su interés es las mujeres con menopausia.

“Me interioricé en el calafate hace años, mientras realizaba mi tesis doctoral. El calafate —arbusto espinoso que florece en el sur de Chile y Argentina— se ha estudiado, pero no lo suficiente”, comenta.

“Es un producto rico en antioxidantes, polifenoles y antocianinas que, eventualmente, podrían disminuir el riesgo cardiovascular”, agrega la investigadora, quien acaba adjudicarse un Fondecyt de Iniciación por el proyecto “Effect of calafate (Berberis microphylla) supplementation on inflammatory and cardiovascular markers in menopausal women with metabolic syndrome: a pilot, randomized, controlled clinical trial”.

Preocupación por las mujeres

El estudio de Guzmán tiene como público objetivo las mujeres en etapa de menopausia. “Son mujeres a la deriva del sistema, que suele privilegiar a la mujer fértil”, advierte.

“Es una población trabajadora, funcional, con potenciales riesgos por disfunción hormonal que no siempre se evidencian. Son mujeres que no necesariamente presentan dolores evidentes, pero su salud puede estarse viendo afectada. Lo que buscamos es un envejecimiento más saludable, preocupándonos de sus riesgos cardiovasculares”, comenta la especialista.

De ahí el interés por el calafate. “Se ha observado que su consumo disminuye algunos marcadores de riesgo. El estudio considera la incorporación de calafate en la alimentación de las mujeres, midiendo cada cierto tiempo su efecto en ellas”.

Impacto concreto

Con este proyecto, la Dr. Guzmán aspira a que la investigación y la generación de conocimiento “logre promover políticas públicas que sean ejecutables. No queremos que las investigaciones se queden en el laboratorio, sino que el llamado es a que tribute al entorno y que sean productos dispuestos y generados para la gente. Buscamos un impacto real en el territorio”.

El proyecto comenzará su ejecución durante 2026.

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