¿Es posible que apps de videollamadas “espíen” a sus usuarios, aunque no las estén utilizando? Un estudio abre la posibilidad, y académico USS explica cómo cuidar al máximo tu privacidad en la web.
¿Has estado conversando sobre un auto, un viaje o una reunión con amigos y a los pocos minutos tus redes sociales se inundan con publicidad sobre esos temas? Lo que parecía una película de hackers y vigilancia informática hoy toma tintes de realidad.
Las apps de videollamadas -una de las más ocupadas a nivel planetario tras el arribo de la pandemia- continuarían recopilando el audio de los usuarios incluso cuando el micrófono está apagado. El análisis de la Universidad de Wisconsin-Madison, descubrió que “todas las aplicaciones recopilan ocasionalmente datos de audio sin procesar mientras el silencio está activado”.
Paralelamente observó que otras “recopilan información y envía datos a su servidor”, independiente del estado del micrófono. En la gran mayoría de los casos, “estas apps no renuncian al acceso al micrófono al silenciarlo”, advirtió Kassem Fawaz, investigador que realizó pruebas en aplicaciones de iOS, Android, Windows y Mac.
El equipo rastreó audios sin procesar en reconocidas aplicaciones de videollamadas, analizando el comportamiento del “botón de silencio” para saber qué tipo de datos se recogen y si podrían revelar información personal.
“Utilizando algoritmos de aprendizaje automático, entrenamos un ‘clasificador de actividades’ con el audio de videos de YouTube”, detalló el grupo de analistas. Así, descubrieron que se puede identificar la actividad de fondo con 82% de precisión.
“Cuando se está cocinando, la ‘huella acústica’ es diferente a la de alguien que conduce o ve un video”, dijo Fawaz. “Este tipo de actividades se pueden distinguir solo en base a esta huella acústica enviada a la nube”, advirtió.
El estudio completo, y sus esperadas conclusiones, será presentado en el Simposio sobre Tecnologías de Mejora de la Privacidad, a realizarse en Estados Unidos, durante julio.
A juicio de los expertos, uno de los principales problemas es que los usuarios no suelen leer los términos y condiciones de privacidad de las apps que instalan. Mauricio Hidalgo, director de Ingeniería Civil Informática de la U. San Sebastián, explica que “al descargar una aplicación, el usuario debe dar permiso a los requerimientos que le llegan. Es ahí donde se da acceso al micrófono, a la cámara de fotos y a la geolocalización, entre tantos otros datos.
No todo es tan malo. La información que recopilan estas aplicaciones suele tener una finalidad comercial para mostrar avisos en virtud de tu propio interés. Sin embargo, el llamado es a evitar el clásico “aceptar, aceptar y aceptar” sin leer, ya que siempre está el riesgo de que “autorices” a un virus informático el envío de mensajes para engañar a tus contactos, o servir de puente para posibles estafas.