Planificar y establecer un presupuesto acorde a tu situación, investigar y reservar con tiempo el alojamiento que más se acerque a tus necesidades, y tomar los resguardos necesarios para no enfermarte en el periodo de descanso, son aspectos que debes considerar antes de comenzar tu descanso. Académicos de la Universidad San Sebastián entregan algunas claves para hacer de este momento, un recuerdo imborrable.
Las vacaciones habitualmente son sinónimo de relajo, viajes y recreación, y en verano cobran especial relevancia porque es el momento en que toda la familia comparte el merecido tiempo de descanso. Es por eso, que se deben tomar en consideración –antes del viaje– diversos aspectos que se complementan, para que las vacaciones sean un recuerdo inolvidable.
A la hora de planificarlas, el aspecto económico es fundamental, pues en base al presupuesto es que se puede elegir el destino, lugares de alojamiento, traslados y una serie de factores que harán más o menos oneroso el viaje.
En ese sentido, el director de la carrera de Ingeniería Comercial de la sede Valdivia de la Universidad San Sebastián, Francisco Mena, recomienda realizar una planificación donde estén incluidos aspectos como destinos, lugares de hospedaje, cantidad de personas que viajan, vuelos, aeropuertos, combinaciones, moneda extranjera y visas, si es necesario. “Si el viaje es por tierra, kilometraje, precios de peajes y combustible y chequeo del vehículo. Todo esto, llevarlo a un pequeño plan expresado en unidades monetarias, es decir, un presupuesto. Para confeccionarlo es bueno realizar un pequeño ahorro y aún es tiempo, dependiendo de la fecha de las vacaciones. Una forma de ahorro es comprar con anticipación hospedajes, boletos de avión o divisa extranjera”.
El académico también señala que “arrendar una casa o departamento teniendo en cuenta donde se va a vacacionar es bastante económico, ya que en hoteles los costos aumentan”. No obstante, advierte que “hay que poner atención a los avisos en sitios de Internet y diarios que ofrecen arriendo de casas y departamentos. Es importante chequearlos y tener presente que raramente en los lugares más reconocidos de Chile existen ofertones a precios bajo el mercado; entonces, a lo menos sospechar y comparar con años anteriores”.
Mena puntualiza que para evitar el endeudamiento, “hay que ser cauteloso con los créditos que se ofrecen y averiguar antes de contraer un crédito de consumo, no solamente cuál la tasa de interés, sino también cuánto es el monto total del crédito, ya que muchas veces se agregan costos como seguros de cesantía y otros”.
Ahora bien, si los tiempos se le vinieron encima y no alcanzó a cotizar o arrendar un departamento o no encontró disponibilidad de éstos, es posible recurrir a la hotelería tradicional, y en ese contexto, el académico José Manuel Carbó, coordinador de Gestión de Modelos Hoteleros de la carrera de Ingeniería en Expediciones y Ecoturismo de la Universidad San Sebastián, señala que “la oferta de alojamiento en Chile ha crecido en calidad y cantidad de acuerdo al desarrollo turístico en los últimos 10 años, logrando tener una oferta nueva y actualizada. La innovación en este rubro va centrada especialmente en los avances y adaptación de todas las novedades tecnológicas que mejoran la experiencia turística”.
“La excelencia de un establecimiento va ligada con el segmento y perfil de los huéspedes a los que apunte, para así lograr que la experiencia de ellos sobrepase sus expectativas. La relación precio/calidad es la base para considerar que un hotel cumple el parámetro de excelencia esperada por los huéspedes. Entiéndase calidad tanto la hospitalidad, las infraestructuras y los diferentes servicios que se ofrecen”. ¿Cómo reconocer los mejores hoteles?. Para el académico es bastante simple: “la mejor respuesta es tomar como fuente los comentarios realizados por los usuarios de la plataforma Tripadvisor para los 12 mejores establecimientos alojativos en Chile”.
Pero, ¿qué debe tener presente el usuario turístico? Carbó entrega algunas claves que pueden ser muy útiles:
Cuidar la salud
Así como la planificación y organización del destino es fundamental, también lo es el tomar los resguardos necesarios en materia sanitaria, a fin de evitar situaciones que pongan en riesgo la salud de alguno de los viajeros, especialmente si se trata de viajes al extranjero, donde las enfermedades y tratamientos no son necesariamente los mismos que en Chile.
Los principales riesgos dicen relación con la exposición al sol y las intoxicaciones alimentarias, y en ese contexto, el Dr. Eduardo Salas, médico cirujano de la Facultad de Medicina de la Universidad San Sebastián, advierte que una de las principales precauciones es “tratar de consumir agua embotellada o agua potable hervida, para así evitar la “diarrea del viajero”.
Para quienes tengan planificado ir a países tropicales o con selvas cálidas, el Dr. Salas es enfático en señalar que “debe protegerse de dos enfermedades endémicas trasmitidas por mosquitos: fiebre amarilla y malaria. Para la fiebre amarilla existe una vacuna que es de dosis única y protege de por vida. Hay que tener en cuenta que la inmunidad (protección) puede demorarse hasta dos semanas en aparecer. También hay que tener en cuenta sus contraindicaciones. Para la malaria no existe vacuna, pero sí un tratamiento profiláctico, que dependiendo del país puede ser con cloroquina o mefloquina. Para ambos casos es importante acudir al médico ya que debe expender la orden o la receta respectiva. La vacuna habitualmente no se utiliza en el embarazo (aunque hay excepciones en los periodos de brotes o epidemias)”. Por eso, recomienda “ocupar repelente de mosquitos que contengan Dietiltoluamida (DEET), ojalá lo más cercano a un 30% de concentración (Repelex Forte, Laboratorio Sanitas). Esto es seguro en embarazadas. Con ello se previene la picadura de los mosquitos que provocan, entre otros, dengue, chikungunya y zika”.
En la misma línea, recomienda “usar bloqueadores solar factor 50, y aplicarlo constantemente, en especial luego de mojarse, aunque sean del tipo “resistente al agua” ya que en Chile no existe una norma que regule eso, y aun si se adhieren a la norma europea, solo resiste dos inmersiones de 20 minutos”, puntualiza el académico.