Estrés parental: La presión por la crianza perfecta

Hablar de lo positivo y negativo acerca de la parentalidad puede ayudar a que madres y padres no se sientan sobre exigidos en su rol. Así lo plantea, Consuelo Novoa, académica de Psicología de la USS. 

madre cansada para foto estres parental

El estrés parental, si bien es un concepto de larga data, se ha utilizado con más frecuencia en el contexto del Covid-19, ya que madres y padres se han visto enfrentados a una presión mayor.

La académica de Psicología de la Universidad San Sebastián, Consuelo Novoa, lleva tiempo investigando este tema. De hecho, participó en la investigación “Influencia del Estrés Parental en la Relación entre Involucramiento Parental, Bienestar de Padres/madres y Conducta Externalizante en Preescolares”, donde se analiza cómo el grado de involucramiento de madres y padres podría estar vinculado a problemas de conducta externalizante.

Consuelo Novoa, docente Psicología USS

Manifestación del estrés

La docente USS señala que el estrés es necesario para poder responder a nuestro entorno, pero cuando su intensidad y duración excede lo que somos capaces de manejar, puede traer consigo un profundo malestar físico y psicológico.

“El estrés prolongado y la falta de descanso puede provocar mayor irritabilidad con hijos e hijas y a veces también con la pareja“.

Además, explica que en algunos casos “se podría asociar a maltrato psicológico o físico, particularmente en aquellos casos de burnout parental. Esto significa que madre o padre experimenta estrés crónico en relación a sus funciones parentales y, por lo tanto, se siente totalmente sobrepasado en su rol”.

¿Por qué sucede?

“Una de las razones se asocia a una concepción que predomina en nuestra sociedad y que ha tomado mucha fuerza respecto a tener una parentalidad perfecta”, dice Consuelo Novoa. Y añade que “antes era entendida como una función mucho más social donde intervenían otros familiares o personas cercanas”.

“Hoy pareciera que madres y padres son los únicos responsables del futuro exitoso de sus hijos/as. Depende exclusivamente de su crianza. De este modo, las exigencias son altas, más aún si se considera que la parentalidad ya no es concebida solo como una acción fundada en el amor y la protección, sino que, además se espera que cuidadores y cuidadoras tengan habilidades específicas o que consulten a especialistas”, indica la académica.

De hecho, con el peak de la pandemia de Covid-19 se intensificó el estrés parental, porque durante el confinamiento “madres y padres debieron asumir nuevas demandas  y lidiar con distintas funciones en paralelo. Se esperaba que estuvieran completamente involucrados en las clases de niños y niñas, mientras respondían a las demandas de su trabajo y cumplían con las tareas domésticas sin tener espacio para el ocio y recreación”.

 Recomendaciones

  • Naturalizar una mirada más realista de la parentalidad.
  • Entender que tiene momentos de satisfacción, pero también períodos complicados y agotadores.
  • Frente a esto, se deben elegir “las batallas” y priorizar aquellas situaciones que realmente requieren nuestra energía y tiempo.
  • Es muy importante el autocuidado. Madres y padres deben tener espacios de recreación, que ayuden a mitigar el estrés.
  • Trabajar el sentimiento de culpa y acudir a sus redes de apoyo.
  • El involucramiento de calidad ayuda a prevenir conductas externalizantes, por lo tanto, es importante dedicar tiempo para compartir con los hijos e hijas.
  • Comprender que los niños y niñas de temprana edad, necesitan aprender a identificar sus emociones. A los niños hay que enseñarles a poner nombres a lo que sienten y a identificar posibles estrategias que permitan su adecuada expresión.
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