Violista alemana realizó master class en la USS Concepción

Sara Maria Rilling, quien cuenta con un extenso currículum, realiza un voluntariado al enseñar de manera gratuita en distintos países del mundo.

Sara Maria Rilling

 

Veintiún alumnos y cinco oyentes, en su mayoría integrantes de la Orquesta de la Universidad San Sebastián Concepción, fueron los discípulos de un provechoso encuentro con Sara Maria Rilling (40), desatacada violista alemana que dedicó dos días de enseñanza de los instrumentos de cuerdas. Las actividades se concentraron en el Patio del Estudiante del Campus Las Tres Pascualas de la USS Concepción.

“Se puso en contacto con nosotros, quería venir a Chile a dictar una master class”, cuenta Jesús Rojas, director de la Orquesta de la Universidad San Sebastián. “Ella ha estado en Chile haciendo clases en las Semanas Musicales de Frutillar. Como esta vez no pudo venir con esa organización, se preocupó de viajar de todas formas”, señala Rojas, quien conoció a la concertista en uno de sus viajes al país y quien recibió la solicitud de la experta para arribar a la región, y de paso, a la USS. Aunque parezca irreal, la maestra contactó en Alemania a un magnate filántropo para costear su viaje, gestión que finalmente financió su estadía.

“Como U. San Sebastián nos preocupamos de organizar la clase, generar convocatoria, conseguir los espacios”, cuenta Pilar Calderón Mena, encargada de Extensión Cultural de la USS Concepción. Sólo un requisito puso la maestra para la participación de los alumnos de la cátedra: todos debieron contar con un mínimo tres años de estudios de música (para asegurar un nivel de conocimiento más o menos parejo).

Embajadora cultural

“No sabía nada de la USS, ni dónde quedaba, nada, pero fue mucho más de lo que imaginé”, evaluó la violista, quien reside en Berlín. Nacida en una familia de músicos en Stuttgart, su educación musical comenzó con piano y continuó con viola, con Friedrich Rüstig y Enrique Santiago, en la Universidad en Stuttgart. Siempre ha querido enseñar, lo que le ha valido un especial nexo con Venezuela, país en el que ha hecho clases a niños por diez años, con 19 viajes a cuesta.

El currículo de la concertista es extenso. Estudió en el Mozarteum en Salzburgo, con Jürgen Geise, y luego en Berlín con Erich Krüger y Stefan Fehlandt. Completó sus estudios en Weimar bajo la tutela de Erich Krüger. También influyeron en su formación las master classes con Hariolf Schlichtig, Jürgen Kussmaul, Paul Coletti y Thomas Kakuska.

Es miembro del Bach-Collegium Stuttgart, toca regularmente en el Oregon Bach Festival y se presentó con la Filarmónica de Israel y la Deutsche Sinfonieorchester Berlin. Como solista, ha tocado con la Orquesta Sinfónica de Milán Giuseppe Verdi, la  Südwestdeutsche Philharmonie Konstanz, la Oregon Bach Festival Orchestra, la Haydn Orchestra Bozen, la Orquesta Filarmónica de Medellín, la TCU Symphony Orchestra (Texas), la Orquesta Sinfónica de Mérida (Venezuela) y la Orquesta Simón Bolívar en Caracas.

“Me gusta enseñar y ayudar a los demás músicos. Yo he aprendido mucho en la vida, me ha costado, ha sido muy difícil. Y por lo mismo, creo que los que sabemos debemos entregar nuestros conocimientos a otros que saben menos, o que no han tenido tantas oportunidades”, reflexionó. Y en esto no hay edad. “Me gusta enseñar a todos por igual, niños, jóvenes, adultos mayores, a quienes quieran aprender. Este grupo en especial fue una experiencia muy, muy linda, me la llevo a Alemania muy feliz”, puntualizó.

La mentalidad de trotamundos de la concertista es herencia de su padre, Helmuth Rilling, con quien recorrió Latinoamérica siendo muy joven. “Viajamos por Argentina, Perú, Bolivia, Brasil, Colombia… vi las ganas que tienen las personas de saber más”, dice.

Es por ello que dentro de su quehacer también destaca el haber fundado la Academia de Música de Cámara de Hihenstaufen, a la que asisten niños de todo el mundo, y que se desarrolla cada año en Hohenstaufen cerca de  Stuttgart, y también viajes a África, donde ayuda a los niños y jóvenes a mejorar en el estudio de los instrumentos de cuerdas.

“Sara es realmente una embajadora cultural”, aseveró Pilar Calderón. “La actividad destacó no sólo por lo musical, sino también por el gran espíritu positivo que la maestra entrega en su trabajo con los alumnos, incluso prolongando el horario inicial de las clases. Estamos muy agradecidos por la oportunidad de trabajar en conjunto. Promover y desarrollar actividades como ésta, que contribuyen a la formación integral de nuestros alumnos y de la comunidad toda, siempre está presente en la voluntad de la Universidad San Sebastián”, agregó Calderón.

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