Los reconocidos fueron monseñor Fernando Chomali, arzobispo de Concepción y Manuel Fuentes, voluntario de Hogar de Cristo, además de un premio póstumo al médico Hugolino Catalán.
El encuentro se realizó en el Auditorio Los Robles del Campus Las Tres Pascualas, y contó con la presencia de Juan Eduardo Faundez, subsecretario de Servicios Sociales del Ministerio de Desarrollo Social; Patricio Torres Castillo, seremi de Desarrollo Social del Bío Bío, y Sergio Castro Alfaro, vicerrector de la Universidad San Sebastián sede Concepción. También se hicieron presentes José Miguel Ortiz, diputado de la República, y Álvaro Ortiz, alcalde de la comuna de Concepción.
“Desde hace un tiempo a esta parte hemos trabajado en depurar cuáles son los sellos institucionales que pretendemos traspasar a nuestros estudiantes, y estamos convencidos de que la solidaridad es uno de los valores más profundos sebastianos, instaurados desde la fundación de la institución, hace poco más de 25 años. La solidaridad ocupa hoy un lugar preponderante, transversalmente, entre académicos, estudiantes, funcionarios. Es un motor que ilumina día a día y que lleva adelante nuestro trabajo”, señaló Sergio Castro en sus palabras de bienvenida.
El primer reconocido de la jornada fue monseñor Fernando Chomali Garib (1957), quien recibió el premio de manos de Juan Eduardo Faundez y Sergio Castro. “Me han dado hartos premios últimamente. Y si bien uno se emociona, sinceramente pienso que lo que yo hago no tiene ninguna gracia. Porque sí tuve la gracia de tener un hogar, un papá y una mamá, la posibilidad de tomar desayuno todos los días, estudiar en un buen colegio, y lo menos que puedo hacer con lo tanto que he tenido es tratar de trabajar por los demás. Sólo he cumplido con mi deber”, manifestó el religioso.
“Me queda mucho por hacer, especialmente pensando en quienes más lo necesitan. Y todos los días me enfrento a nuevos desafíos. Ayer estuve con los mineros que protestan al interior de una mina en Curanilahue, y uno se indigna al ver cómo personas sacan y se lucran con el carbón, y quienes han estado ahí trabajando en ello, arriesgando sus vidas, no tienen un pan para comer, sin sus sueldos, sin once meses sin imposiciones, en la más absoluta indefensión. Y con el riesgo que los empresarios, que gracias a Dios no son todos iguales, queden en la más absoluta impunidad. Por acciones como esas es que tenemos que seguir trabajando, simplemente, por un Chile más justo”, precisó monseñor Chomali.
A continuación, el seremi Patricio Torres y el vicerrector Sergio Castro entregaron el premio a la viuda e hija de Hugolino Catalán Kroll, Tatiana Skriptschenko y Tatiana Catalán, respectivamente. Vale consignar que el médico falleció el pasado julio. “Es en realidad un premio a Coalivi”, destacó Tatiana Catalán, ya que el auge de ese centro fue uno de los pilares del quehacer profesional de su padre. “Él era neonatólogo y conoció el problema de la ceguera por ser esa una de las principales condiciones graves que enfrentaban en esa época los prematuros extremos. Desde entonces se motivó por apoyar a Coalivi”, expresó. Además de Coalivi, el médico se desempeñó en el Hospital Las Higueras y también fue director del Servicio de Salud Talcahuano y del Hospital Guillermo Grant Benavente, entre muchos otros logros, en una extendida carrera.
Trabajo con los más pobres
Manuel Fuentes Valdebenito fue el tercer premiado. Titulado como profesor de Español de la Universidad de Concepción, el año 1996 se integró a la Fundación de Beneficencia Hogar de Cristo, por cuatro años a cargo del Programa Calle Ruta Nocturna y luego trabajando en la línea del voluntariado de la Fundación. También ha estado a cargo de Localidades, Hospedería Adulto Joven y también la Ruta Nocturna. “Cuando supe que me darían este premio me preocupé un poco, porque sentí cierta vergüenza, hasta cierto pudor. Porque siento que lo que uno hace no necesita ser premiado. Mi trayectoria ha sido de servicio, de preocupación por los demás, y eso obedece a que creo firmemente que trabajar por los derechos de los más postergados es lo que más necesitamos más como país”, afirmó.
“A veces es bien difícil comprender la temática social, cuando se está detrás de un escritorio trabajando en los papeles que ayudan a que un servicio funcione adecuadamente. Por eso quiero agradecer la oportunidad de enfrentarnos a este tema, no deja de ser un instante emotivo para mí”, aseveró el subsecretario de Servicios Sociales Juan Eduardo Faundez.
“La pobreza en Chile es del 20,4 por ciento, y las familias vulnerables son del orden del 45 por ciento. Y cuando hablamos de esto no nos referimos a ningún color político, porque son temas que nos competen a todos: son seres humanos que buscan una oportunidad. Por otro lado, la pobreza comienza a invisibilizarse, y de eso hay que preocuparse: debemos intervenir, cooperar, hacer voluntariado con todos los mundos reunidos, iglesia, organismos gubernamentales, privados, universidades, empresarios”, puntualizó.