Todavía estamos a tiempo de evitar el exceso de regalos, escoger obsequios sencillos y priorizar la vida en familia por sobre las compras.
La Región del Biobío registra más de 500 mil personas morosas de acuerdo al último Informe de Deuda Morosa Equifax USS, con un valor de mora promedio que supera el millón 200 mil pesos. Una realidad que refleja la urgente necesidad de generar educación financiera que permita que la población aprenda a hacer un manejo adecuado de los recursos. Debemos considerar que la situación de este medio millón de consumidores es muy preocupante, porque no se trata simplemente de personas con deudas controladas sino de aquellas que, por diversas razones, han dejado de cumplir sus compromisos cayendo en morosidad. Son personas incapaces de hacer frente a sus obligaciones y que viven en una constante incertidumbre.
En esta época en que es tan alta la tentación de gastar por sobre los ingresos, se debe hacer un llamado a actuar con moderación. Considerar de manera realista las entradas y gastos de cada mes permite ordenar las finanzas y evitar el sobreendeudamiento. Aunque parezca conveniente y la publicidad financiera lo muestre como una excelente oportunidad, tomar un crédito de consumo para cubrir gastos navideños no siempre es una buena opción. No hay que olvidar que en poco tiempo más las familias deberán enfrentar otros gastos como vacaciones y el ingreso de los niños al colegio. Los créditos se justifican cuando se trata de comprar bienes durables que permitan mejorar la calidad de vida de las personas y sobre todo cuando el valor de la cuota no supere la capacidad de pago.
No se trata simplemente de personas con deudas controladas sino de aquellas que, por diversas razones, han dejado de cumplir sus compromisos cayendo en morosidad.
Si bien estamos inmersos en un medio en que la Navidad es sinónimo de consumo, obviando muchas veces el real sentido de encuentro y entrega de afecto que debe inspirar, los adultos debemos hacer un esfuerzo por devolverle a la fecha su significado.
Todavía estamos a tiempo de evitar el exceso de regalos, escoger obsequios sencillos y priorizar la vida en familia por sobre las compras. Es comprensible que todos quieran hacer regalos a sus familiares y amigos, pero lo ideal es elegir aquellos que permitan cultivar el espíritu o realizar algún pasatiempo. Libros, música, implementos deportivos e incluso suscripciones a revistas son alternativas que reflejarán preocupación por conocer los gustos del otro y contribuir a su desarrollo personal.
En el caso de las familias con niños, Navidad es un tiempo ideal para enseñar valores como la austeridad y la relevancia de compartir. Darse tiempo para estar con ellos, conversar, conocer sus inquietudes e intereses es el mejor regalo que los padres pueden otorgar a sus hijos en edad infantil.
Ayudar a niños y adultos en situación de vulnerabilidad, personas privadas de libertad, enfermos abandonados en hospitales o personas en situación de calle es una gratificante forma de festejar el nacimiento del Niño Jesús.
A los niños, en especial en este período, hay que transmitirles no sólo la importancia de actuar con responsabilidad en materia financiera, sino también la satisfacción que otorga dar a aquellos que menos tienen. Es así que podemos transformar esta fiesta en una ocasión para apoyar con tiempo y recursos a alguna de las diversas instituciones de beneficencia que funcionan en el país. Ayudar a niños y adultos en situación de vulnerabilidad, personas privadas de libertad, enfermos abandonados en hospitales o personas en situación de calle es una gratificante forma de festejar el nacimiento del Niño Jesús. De paso podrá dar un buen ejemplo a sus hijos o nietos que comprenderán que el real sentido de la Navidad no es llenarse de regalos, sino compartir con el que menos tiene.
Sergio Castro Alfaro
Vicerrector sede Concepción
Universidad San Sebastián
Vea la columna en diario El Sur