Tres especialistas abordaron la sintomatología de la ansiedad, la importancia de hacer pausas saludables en la rutina y las estrategias para enfrentar las crisis ansiosas o de pánico.
La ansiedad, las crisis de pánico y la angustia son situaciones con las que hay que lidiar en la vida cotidiana, pero las personas no siempre cuentan con las herramientas o el apoyo profesional para manejarlas.
Durante la charla Saludable – Mente, organizada por la carrera de Terapia Ocupacional de la USS, el psicólogo clínico Carlos Morales señaló que la ansiedad “puede aparecer como una manifestación frente a un peligro externo como las fobias o a peligros internos. Las personas no siempre le tienen miedo a algo que está afuera, sino que tienen un cuadro de ansiedad y angustia que no se puede explicar. En realidad, esta sintomatología se produjo por un exceso de malestares que se acumularon en la historia personal”.
El psicólogo sostuvo que la ansiedad “es como un balde que se fue llenando durante la vida y de pronto se derramó y no le queda espacio psíquico a la mente para responder a las dificultades. Al igual que la angustia, es un estado que se manifiesta con fuerza en la conciencia y requiere tratamiento psicológico, especialmente la ansiedad automática que son los cuadros que se conocen como crisis de ansiedad o pánico y que están asociados a una historia más compleja”.
Por su parte, la académica USS, Natalie Bilbao, planteó la necesidad de incorporar a la vida diarias, las pausas saludables o activas que “son una serie de actividades y acciones que le permite a nuestro cuerpo y mente hacer un cambio o quiebre en la rutina habitual. Sus beneficios están asociados a la recuperación de energía, a la disminución del estrés y a un mejor desempeño. Para implementarlas se pueden utilizar, por ejemplo, horarios circulares”.
Asimismo, la terapeuta ocupacional Rosa Torrealba, aseguró que las crisis de pánico tienen un tiempo acotado de 15 o 20 minutos y precisó que algunas estrategias para enfrentar la ansiedad son la respiración diafragmática, el Mindfulness y los tiempos de distracción.
Sobre esto último, la terapeuta ocupacional señaló que “hay que tener una rutina equilibrada que incluya ocio y tiempo libre, alimentación con horarios establecidos y comer aquello que de verdad nutran el cuerpo y el cerebro, además de hacer ejercicio y proteger el sueño para que sea reparador”.