Académico Patricio Arroyo sostiene que aumentar las horas y forma de realizar las clases no basta con la mejora la condición física.
Antiguamente realizar ejercicio era un aspecto que se vinculaba al área recreativa de las personas, una buena manera de ocupar su tiempo de ocio, pero hace más de una década existe una real preocupación de cómo y cuánto ejercicio realizan los individuos, ya que mejora la calidad de vida.
Chile no queda ajeno a esta tendencia y es por eso que a nivel gubernamental se han realizado campañas importantes en la promoción del ejercicio vinculado a la salud. Pero también es importante generar conciencia en las nuevas generaciones porque integrarán mejor la información y la aplicarán de manera habitual cuando sean adultos.
Una forma de conocer mejor cómo se encuentran nuestros niños es a través del SIMCE de Educación Física, que es aplicado en el 8° nivel desde el año 2010. La modificación del currículo nacional de Educación Física “promueve la practica equilibrada y diversificada de la actividad física y deportiva”, por lo cual las actividades dentro de la asignatura deben apuntar no solamente al desarrollo de las cualidades físicas, sino al desarrollo de la salud.
Una forma de conocer mejor cómo se encuentran nuestros niños es a través del SIMCE de Educación Física, que es aplicado en el 8° nivel desde el año 2010.
Los resultados del Simce del año 2013 no varían significativamente con los anteriores, entonces ¿cuál es la razón de que nuestros infantes no disminuyan sus índices de obesidad, sobrepeso, riesgo cardiovascular y condición física?.
Para responder a esta pregunta, debemos pensar en que teniendo en cuenta que una vida saludable no solamente involucra que la persona realice ejercicio, puede ser que el aumentar las horas y forma de realizar las clases de educación física no basta con la mejora de dicha condición.
Asimismo, una persona saludable es aquella que realiza ejercicio periódico y se alimenta de mejor manera, por lo tanto, mientras los establecimientos educacionales no realicen cambios en los alimentos que consumen alumnos durante el recreo, este cambio no será significativo.
En tanto, la modificación de las bases curriculares de Educación Física implica que los profesores deben presentar herramientas importantes en su conocimiento (saber de enfermedades crónicas no transmisibles, epidemiologia, fisiopatología y prevención), para la aplicación de ejercicios específicos para mejorar la condición cardiovascular y la postura.
Una persona saludable es aquella que realiza ejercicio periódico y se alimenta de mejor manera.
Por último, son nuestros políticos los encargados de generar leyes que provoquen todo este cambio, no es posible que proyectos de ley que mejoren la calidad de vida de nuestros jóvenes queden en lista de espera o que campañas que busquen mejorar la calidad de vida de los chilenos queden congeladas.
Finalmente, decir que este cambio en la condición de salud de las personas es tarea de todos, donde nadie es más importante que el otro, sino que somos el complemento de un objetivo en común.
Patricio Arroyo
Académico Facultad de Ciencias de la Actividad Física
Universidad San Sebastián
Vea la columna en diario El Rancagüino