Para que el turismo en Chile sea sustentable debemos seguir trabajando en algunos aspectos como trasmitir y reforzar un mensaje claro de que queremos un turista responsable y que hay conductas que “acá no se permiten”.
¿Qué nos enseña un episodio como el protagonizado por una turista italiana que a mediados de enero hizo un dibujo en una zona restringida de Torres del Paine? La principal lección es que, para tener un turismo sustentable, hay que reforzar las conductas responsables de los visitantes y operadores turísticos, además de reforzar la fiscalización y el ordenamiento territorial.
Existe un decálogo del Buen Turista de Sernatur que contiene una serie de consejos y recomendaciones que apuntan principalmente a valorar los atractivos turísticos de una ciudad o región, junto con enseñar a los niños a respetar el entorno natural, además del cuidado y aseo de parques, reservas naturales y rutas turísticas, entre otras, que fomentan la responsabilidad del visitantes frente al entorno y comunidad visitada.
El objetivo principal es generar una “conciencia turística” que apela no solo al visitante, sino también a los empresarios y a quienes viven en los territorios. En otras palabras, se trata de reforzar el mensaje de que el patrimonio natural, histórico y cultural de Chile, se cuida.
Humberto Rivas, académico de la carrera de Ingeniería en Gestión de Expediciones y Ecoturismo de la Universidad San Sebastián plantea que para que el turismo en Chile sea verdaderamente sustentable debemos seguir trabajando en algunos aspectos básicos como los siguientes:
Trasmitir y reforzar un mensaje claro y persistente de que en Chile queremos un turista responsable y que hay conductas que “acá no se permiten”.
Asegurarnos de informar a los turistas de las eventuales situaciones y sanciones que enfrentará si ocasiona algún daño.
Fortalecer las medidas de ordenamiento territorial.
Regulación a prestadores de servicio y fiscalización en parques y reservas nacionales.
Contar con el personal suficiente, capacitado y remunerado acorde a las responsabilidades de sus funciones para resguardar las áreas protegidas.
Comprometer a los operadores turísticos para inducir y comprometer a sus clientes y personal en conductas responsables.
Apoyar y dotar de competencias a los municipios en todas las materias vinculadas a la gestión turística del destino.
Intensificar los esfuerzos de sensibilización a la comunidad nacional en la meta de cuidar nuestro patrimonio, tanto para nosotros, como para los visitantes.