La salud mental en Chile se ha convertido en un problema de salud pública que ha empeorado en los últimos años debido a diversos factores como el aumento de las desigualdades socioeconómicas, el estrés laboral y la falta de redes de apoyo. La pandemia de COVID-19 profundizó estas dificultades, generando un aumento en la prevalencia de trastornos como la depresión y la ansiedad, especialmente en jóvenes y personas mayores (MINSAL, 2023).
Sin embargo, la respuesta del sistema de salud ha sido insuficiente. La escasez de profesionales de salud mental y la distribución desigual de los servicios, particularmente en zonas rurales, siguen siendo obstáculos significativos, y el presupuesto destinado a la salud mental es inadecuado para atender la creciente demanda (OMS, 2020).
Además, el estigma social alrededor de los problemas de salud mental impide que muchas personas busquen ayuda por temor a ser discriminadas (Cerda & Guzmán, 2022). Esto crea un círculo vicioso donde los problemas no tratados se agravan y afectan la vida cotidiana, desde el rendimiento escolar y laboral hasta las relaciones personales.
En este contexto, los Proyectos Colaborativos de Vinculación con el Medio, como Desarrollo Social: un aporte a las políticas públicas y Mi espacio mayor, alineados con el Programa Territorial Hito Más Ciudadanos Conectados, han sido fundamentales para mitigar algunos de estos desafíos. A través del proyecto Desarrollo Social, hemos brindado atención psicológica a más de 150 usuarios de sectores de mayor vulnerabilidad de la Región Metropolitana, con el apoyo de FOSIS Metropolitano, contribuyendo así a reducir las listas de espera para acceder a servicios de salud mental. De igual manera, el proyecto Mi Espacio Mayor en la comuna de Estación Central ha logrado atender las necesidades físicas y emocionales de más de 100 personas mayores, aportando tanto a la disminución de los tiempos de espera como a la formación en salud mental comunitaria y sensibilización respecto al bienestar emocional.
Abordar la crisis de salud mental en Chile requiere una inversión sustancial en recursos, pero igualmente importante es una transformación cultural que reconozca el bienestar mental como una prioridad colectiva (OMS, 2020). Actualmente, la salud mental sigue siendo percibida como un tema secundario y, a menudo, se enfrenta con desconocimiento y estigmatización (Cerda & Guzmán, 2022). Para lograr una sociedad más equitativa y saludable, es fundamental que la salud mental se considere tan esencial como la salud física, tanto en las políticas públicas como en el ámbito comunitario.
Esto implica no solo aumentar el financiamiento para infraestructura y profesionales, sino también fomentar un cambio cultural que promueva la educación y sensibilización desde una edad temprana, desmitificando los problemas de salud mental y favoreciendo entornos de apoyo y empatía (MINSAL, 2023). Solo así podremos avanzar hacia un modelo de sociedad en el cual todas las personas tengan la oportunidad de desarrollarse plenamente, sin las barreras del estigma y con el acceso a los recursos que necesitan para cuidar de su bienestar psicológico.
Carol Bazignan Guerrero
Académica de Vinculación con el Medio
Facultad de Psicología y Humanidades
Universidad San Sebastián