Iniciativa USS beneficiará a más de 1000 escolares con evaluaciones oftalmológicas y salud Integral

Proyecto de Vinculación con el Medio impactará en escolares del Colegio Concepción-Chiguayante, a través de evaluaciones oftalmológicas, nutricionales y charlas educativas sobre el cuidado de la salud visual e integral.

La implementación del sistema de clases virtuales durante la pandemia produjo un aumento de alteraciones visuales en los escolares, lo que hoy se traduce en cefaleas, sensación de ojo seco, problemas de acomodación y visión borrosa, entre otros síntomas, lo cual, por cierto, influye en su rendimiento académico.

Por otro lado, la obesidad infantil puede conducir a otras enfermedades que disminuyen la calidad de vida en la edad pediátrica y en la vida adulta, como diabetes, hipertensión arterial, acumulación de grasa en el hígado y depresión; situación que la pandemia también contribuyó a empeorar, a causa de los prolongados períodos de encierro y el consecuente sedentarismo.

Para aportar en el combate a esta mala combinación de factores, surgió el Proyecto Colaborativo de Vinculación con el Medio (VcM) Atención integral de salud a estudiantes de Colegio Concepción Chiguayante, liderado por la carrera de Tecnología Médica de la sede Concepción de la Universidad San Sebastián, cuyo objetivo es contribuir en la salud integral de los escolares del establecimiento, a través de evaluaciones oftalmológicas, nutricionales y charlas educativas sobre el cuidado de la salud visual e integral, consolidando una larga relación entre la Casa de Estudios y la Corporación Educacional Masónica de Concepción, quienes llevan varios años trabajando en iniciativas tendientes a colaborar en la solución de problemáticas que aquejan a la población estudiantil de sus colegios.

“Las diversas circunstancias que rodearon a la pandemia, sumadas a hábitos poco saludables y bajo interés de los jóvenes por realizar actividad física y al aire libre, son factores que han contribuido al aumento de los índices de obesidad infantil, lo que afecta también su salud mental. Esto se ha visto reflejado en el incremento del número de niños con desregulación emocional que tiene el Colegio Concepción-Chiguayante, que se incrementó de 12 a 140 personas en un año”, advierte la académica de Tecnología Médica, mención Oftalmología y Optometría, María José Cavalerie, líder del proyecto.

Propuesta multidisciplinaria

Dado que la problemática abordada tiene múltiples aristas, la propuesta que tributa al Programa Territorial Hito de VcM Más Nutrición Más Vida, contempla la participación de diversas disciplinas. En efecto, los estudiantes de Tecnología Médica han desarrollado contenido y charlas educativas sobre el cuidado visual y también atenciones oftalmológicas, evaluando en particular a quienes ha sido necesario derivar a centro de salud, efectuando posteriormente su atención y tratamiento.

Por su parte, los equipos de Nutrición y Dietética y Kinesiología han realizado evaluaciones antropométricas y han dictado diversas charlas a los alumnos y profesores del colegio, en aspectos de alimentación saludable, actividad física y autocuidado, entre otros temas. Terapia Ocupacional, está a cargo del diseño de metodologías de terapias recreativas para el manejo de las emociones, y son los encargados de aplicarlas a los cursos indicados. Con este proyecto, se espera lograr un impacto en unos mil escolares.

Sergio Gatica, orientador del colegio Concepción-Chiguayante, destaca que “evaluamos de manera muy positiva el trabajo colaborativo que hemos establecido, ya que fomenta la prevención y promoción del desarrollo de habilidades en nuestros niños y niñas, como también en los estudiantes, profesionales y coordinadores de la Universidad, permitiendo que aprendan de una manera práctica y efectiva, potenciando el desarrollo de sus capacidades”.

Al respecto, el estudiante de tercer año de Tecnología Médica, Felipe Reddersen, señala que “participar de estas intervenciones me ha servido para poder mejorar mis técnicas de realización de exámenes y aumentar mis conocimientos sobre cómo tratar a diferentes tipos de pacientes, en este caso, escolares, entendiendo que cada uno es un mundo nuevo al cual hay que adaptarse para poder brindar el mejor servicio posible como profesional de la salud”.

Por su parte, Ana Stuardo, estudiante de la misma carrera, trabajó con niños de prekinder y kínder. Afirma que su experiencia “fue una gran oportunidad. Sabemos que existen distintos tipos de personalidad y conductas en niños pequeños, por tanto, anteponernos a esto como futuros profesionales nos servirá para saber cómo reaccionar y ejecutar un estudio eficiente frente a algunas situaciones y condiciones, según el paciente. Para mí fue una grata experiencia que me llenó haciendo lo que me gusta, y guardo cada aprendizaje obtenido de los pacientes”.

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