¿Qué pasa cuando entra agua a los oídos?

Especialista USS se refiere a los problemas que puede generar el agua al ingresar al conducto auditivo, asimismo, entrega recomendaciones para evitar complicaciones mayores.

Piscinas, playas, ríos y lagos son protagonistas de las vacaciones de muchas familias durante este verano. Se trata de panoramas refrescantes frente a las altas temperaturas, pero en los que hay que tener cuidado con los oídos y el ingreso de agua en esta estructura clave para la audición.

Alejandro Ianiszewski, doctor en ciencias Biomédicas, explica que esta interacción puede generar una otitis externa, también conocida como oído de nadador, que es una infección bacteriana causada, generalmente, por el agua que ha permanecido dentro del canal auditivo externo durante un largo período de tiempo, proporcionando un ambiente húmedo propicio para que crezcan las bacterias.

Cualquier persona puede padecer esta afección, pero se observa con mayor frecuencia en niños. “Se puede contraer en la playa, piscinas o jacuzzis que no están debidamente desinfectados o tratados con cloro. Asimismo, el traumatismo, como la extracción de cerumen, la presencia de cuerpos extraños, o el rascado de piel del conducto para aliviar el picor, pueden provocar que la capa delgada que recubre el conducto auditivo externo se dañe y también se genere este tipo de infección, explica el académico de la Escuela de Fonoaudiología de la U. San Sebastián.

El principal síntoma de la otitis externa es el dolor de oído. Muchas veces, se puede sentir picor en el conducto auditivo externo antes de que comience a doler. “Frente a la inflamación del conducto auditivo, los niños suelen quejarse de dolor o también porque sienten el oído tapado. El oído externo se puede poner rojo o hincharse, y los ganglios de alrededor pueden aumentar de tamaño. A veces, puede haber supuración de líquido de coloración transparente, pero la coloración podría tornarse más amarillenta, como el color del pus”, puntualiza.

¿Cómo evitar esta infección?

Es fundamental averiguar si una piscina o bañera de hidromasaje se mantiene adecuadamente y se trata con cloro. Si uno prefiere nadar en los ríos, lagos y/o lagunas, la recomendación es mantenerse alejado de las aguas estancadas que son más propensas a tener altos niveles de bacterias.

“Podemos protegernos aún más usando tapones y gorro de baño cuando nademos. De esa forma evitamos que entre el agua. Los tapones para los oídos desechables y resistentes al agua están disponibles en cualquier farmacia”. Ahora bien, si uno nada frecuentemente, es recomendable obtener protectores para los oídos hechos a medida, detalla el especialista, quien agrega estos tips para completar los cuidados:

  • Secarse bien los oídos después de nadar.
  • Usar una toalla para secar bien los oídos.
  • Inclinar la cabeza hacia adelante y hacia atrás de modo que cada oreja mire hacia abajo para permitir que el agua escape del canal auditivo.
  • Tirar del lóbulo de la oreja en diferentes direcciones cuando la oreja mire hacia abajo para ayudar a drenar el agua.
  • Consultar con el médico sobre el uso de gotas para los oídos después de nadar.
  • En caso de Otitis Externa (fiebre y mucho dolor) consultar a un otorrinolaringólogo y no automedicarse.
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