El aumento de la oferta en educación superior de las últimas décadas ha venido a cambiar radicalmente las perspectivas de los egresados de enseñanza media.
Qué distinta era la época en que me correspondió rendir el examen para ingresar a la educación superior. Aquellos que nos enfrentamos a la Prueba de Aptitud Académica entre los 70 y 90 no tuvimos las facilidades que hoy disponen los egresados de cuarto medio. Incluso para preparar el examen sólo contábamos con facsímiles impresos que compartíamos con los compañeros ante una reducida oferta de preuniversitarios. La preparación era en muchos casos una responsabilidad que se asumía en solitario y con bastante autodisciplina.
Por aquellos años el acceso a la información era bastante limitado. Por ejemplo, para conocer los puntajes debíamos verlos en el diario donde también eran publicados, posteriormente, los resultados de las postulaciones. La oferta, en el caso de las universidades, se restringía a las instituciones tradicionales, por lo que muchos debimos emigrar para cumplir nuestro anhelo de estudiar. Santiago y las ciudades que son sede de importantes universidades como Valparaíso, Concepción y Valdivia recibían por aquellos años a muchos jóvenes provenientes del norte y sur del país.
Mucho ha cambiado la realidad desde entonces. Hoy los estudiantes tienen diversas y efectivas plataformas para preparar la PSU. Los avances tecnológicos se han transformado en sus aliados y la oferta de cursos para preparar la prueba, algunos de ellos gratuitos, les ha facilitado el camino.
En un mundo que ha cambiado de manera tan profunda y que ha dotado de tantas herramientas a los jóvenes, es una obligación decidir conociendo todas las variables.
El aumento de la oferta en educación superior de las últimas décadas también ha venido a cambiar radicalmente las perspectivas de los egresados de enseñanza media. En el caso de la Región del Biobío, hoy pocos se ven obligados a emigrar, puesto que Concepción se ha transformado en el segundo polo de educación superior después de la Región Metropolitana. En la capital regional, los estudiantes pueden acceder a formación universitaria de calidad, diversa y en todas las áreas. Gracias al fácil acceso a información, hoy pueden conocer en profundidad las características de la institución y del programa de su preferencia.
Entonces, el llamado es a no desperdiciar estas facilidades. Conocer las mallas de estudios, averiguar los años de acreditación de la universidad y programa, investigar sobre la planta académica, campos clínicos e infraestructura que tiene la carrera que se escogerá y también conversar con estudiantes y egresados, resultan clave para tomar una buena decisión.
Rodearse de las personas queridas y no dejarse influir por opiniones negativas permiten tener la tranquilidad necesaria para rendir una prueba que implica un alto costo emocional.
En un mundo que ha cambiado de manera tan profunda y que ha dotado de tantas herramientas a los jóvenes, es una obligación decidir conociendo todas las variables. No hay excusas válidas. Los egresados de cuarto medio tienen el deber de informarse e idealmente los padres los deben apoyar en esta tarea.
En estos últimos días previos a la rendición de la prueba, el mejor consejo es buscar la calma y no intentar estudiar aquello que no se aprendió en los años anteriores. Rodearse de las personas queridas y no dejarse influir por opiniones negativas permiten tener la tranquilidad necesaria para rendir una prueba que implica un alto costo emocional.
Deben considerar que la prueba es la puerta de entrada a un mundo donde la mayoría de los jóvenes encontrará un espacio para lograr desarrollar su vocación y sus potencialidades. Porque eso es hoy la educación superior en Chile, un sistema más inclusivo y que ofrece cada vez más opciones a los jóvenes.
Sergio Castro Alfaro
Vicerrector Sede Concepción
Universidad San Sebastián
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