El conversatorio contó con la exposición de Sergio Micco, abogado y académico y Alejandro San Francisco, director del Instituto de Historia de la Universidad San Sebastián.
“Aylwin escribió este libro para revindicar el actuar de la Democracia Cristiana durante el gobierno de Allende, aunque sin llegar a la justificación. Es honesto en su relato, aunque es cuidadoso en argumentar sus aseveraciones con hechos históricos”, dijo Micco.
En tanto, Alejandro San Francisco, dijo que “Patricio Aylwin fue una persona intelectualmente muy relevante, muy curiosa, con gran facilidad para archivar, clasificar, indagar e interpretar datos. Por ello, este es un libro duro, dramático, que nos hace pasarlo bien; a ratos, pasarlo mal; a ratos, enojarnos y hasta tomarnos la cabeza”, estableció Alejandro San Francisco.
“En el texto hay dos características inevitables de percibir: una obsesión de su autor por el Estado de Derecho, el respeto a la ley y a la legalidad, lo que da cuenta de la vocación extrema de abogado de Aylwin, y una profunda valoración de la democracia, como motor de la sociedad”, añadió el director del Instituto de Historia de la USS.
En la ocasión, Claudio Concha, vicerrector de la sede Concepción, y Caroline Erdmannsdörffer, coordinadora de Proyectos de Fundación Konrad Adenauer Chile, reflexionaron en torno al encuentro. “Con esta actividad, la Fundación conmemora los 50 años del Golpe de Estado en Chile”, aclaró Erdmannsdörffer.
El conversatorio, moderado por Macarena Brito, directora de la Escuela de Liderazgo ahondó en los recuerdos personales de Sergio Micco y de Alejandro San Francisco, cuando, en sus respectivas juventudes, compartieron personalmente con Aylwin y conocieron su pensamiento.
El diálogo abordó el próximo aniversario de los 50 años del Golpe de Estado, ante lo que Micco señaló que “debe ser una conmemoración que debe ir al reencuentro democrático de los ciudadanos”.
Mariana Aylwin, vicepresidenta de la Fundación Patricio Aylwin, contó que su padre tardó 38 años en escribir el texto, el que terminó a sus 92. “Nunca quiso publicarlo en vida, nos tocó a nosotros, los hijos, pero lo hicimos con la convicción profunda de que es un aporte para el país”, confidenció.
“La idea es que sea leído por quienes vivieron estos tiempos convulsos, y también por los jóvenes, que no lo vivieron, pero que deben hacerse una idea fundada para continuar con la historia de este país”, puntualizó.