Planificar, siempre cotizar antes de pedir un crédito o utilizar una tarjeta e intentar ahorrar son el camino para que las finanzas personales no sean un contratiempo. Académico USS entrega tips para organizar los gastos de marzo.
Matrículas, permiso de circulación, algunas cuotas de compras navideñas o empezar a pagar esas inolvidables vacaciones, son algunos de los gastos que se acumulan en marzo. Sin una adecuada organización pueden causar más de un dolor de cabeza. José Patricio Uribe, académico de Ingeniería Comercial de la Universidad San Sebastián, entrega algunos consejos para enfrentar la “operación marzo”.
Se trata de organizar tus ingresos y egresos, es decir, el dinero que recibes y el que gastas.
El especialista en finanzas de la USS sugiere elaborar una tabla en Excel que incluya una sección de gastos fijos, aquellos que no podemos eliminar, como arriendo, servicios básicos, transporte o alimentación; y otra sección con los gastos variables, que corresponden a los que sí es factible reducir o eliminar, entre ellos se pueden mencionar compras en restoranes, ropa y viajes, entre otros.
“La idea es que esta planilla incluya todos los meses del año para así analizar qué gastos es necesario bajar, qué tan viable es destinar parte de nuestro dinero al ahorro y anticipar compromisos comerciales que sabemos deberemos cumplir en determinado momento”, detalla.
Pagar al contado siempre será la vía recomendada, pero si los plazos se aproximan es fundamental revisar en detalle las posibilidades disponibles. Muchos bancos o casas comerciales permiten pagar hasta en 12 cuotas sin interés, pero siempre hay que tener en consideración los gastos asociados al uso de la tarjeta, como el costo mensual de mantención.
Si no contamos con estas promociones, antes de usar una tarjeta de crédito es clave considerar los intereses asociados por compras en cuotas y comparar con lo que ofrecen otras instituciones financieras, por ejemplo, evaluar un crédito de consumo.
Si se complicaron tus finanzas y los compromisos en distintas entidades te agobian mes a mes, consolidar deudas en una sola institución es una buena alternativa. De factores como ingresos, tipo de vínculo laboral o comportamiento como cliente dependerá poder acceder a condiciones más o menos atractivas. No tiene que ser necesariamente en tu banco, gracias a la portabilidad financier puedes migrar a otras instituciones productos como cuenta vista, cuenta corriente, línea de crédito, tarjeta de débito y crédito, además de créditos como hipotecarios, automotrices o de consumo.
En el papel suena simple y necesario, pero en la práctica a veces cuesta. Si quieres comenzar, el docente de la Universidad San Sebastián aconseja en primer lugar definir para qué queremos el dinero. Si es para un viaje, comprar un auto o para algún proyecto puntual. Puedes calcular lo que mensualmente se necesita para llegar a esa meta. Si eres cliente de un banco, tu ejecutivo puede programar un ahorro mensual que se descuente automáticamente de tu cuenta.
Si no hay planes concretos y el objetivo es tener un respaldo, los fondos mutuos y depósitos a plazos son los productos idóneos, pues permiten empezar a invertir desde montos bajos. Para quienes proyecten ahorros a largo plazo, por ejemplo, para cuando jubilen, son convenientes los APV.
“Es difícil que a fin de mes nos sobre dinero, por eso es primordial establecer una cantidad o rango mensual que destinaremos a ahorro y cubrirlo en cuanto recibamos nuestro sueldo u otro tipo de ingreso. De esta manera no consideraremos ese monto para otros fines y será menos complicado ahorrar”, finaliza Uribe.