¿Cómo manejar el pánico a los fuegos artificiales en los niños?

Los estruendos de los fuegos artificiales causan pánico en algunos niños, pero también en personas que tienen algún Trastorno del Espectro Autista (TEA). Especialista de la USS entrega algunos consejos para anteponerse a estos escenarios.

 

Llega el fin de año y con ello las celebraciones que incorporan pirotecnia. No obstante, pese a la majestuosidad que ofrece el espectáculo, el medioambiente, los animales, niños y personas con algún tipo de TEA sufren consecuencias negativas.

“Es innegable la contaminación y el sufrimiento que genera este espectáculo en algunos niños pequeños, o en aquellos que presentan hipersensibilidad a los ruidos o que sean parte de la neurodiversidad. Son ellos quienes reaccionan con un estrés agudo ante los ruidos y vibraciones generadas por los fuegos artificiales, produciendo tensión, aumento de la frecuencia cardiaca, nerviosismo miedo e irritabilidad, entre otros”, comenta Pavel Cuevas, académico de Terapia Ocupacional de la Universidad San Sebastián.

El especialista en el área infantil señala que, si bien estos signos pueden presentarse también en otros eventos de la vida diaria, los mencionados son totalmente evitables mediante algunas técnicas que los padres y/o cuidadores pueden poner en práctica.

  • Es importante anticipar los eventos de fuegos artificiales mediante la conversación, en aquellos casos que se pueda hacer, o mediante la presentación audiovisual, aprovechando smarts tv’s o celulares inteligentes. “La idea es presentar las imágenes y los ruidos de la pirotecnia para que el niño sepa de dónde vienen e, idealmente, explicarles por qué se producen”.
  • En el momento mismo del espectáculo pirotécnico, el uso de juegos, videos interesantes o cualquier otro medio que sea de interés para los niños, puede ser un gran aliado. “El objetivo es disminuir la alteración medio ambiental producida por los fuegos de artificio y concentrar al niño en eso que le interesa y lo alegra, intentando cambiar el foco de interés”.
  • Si sabemos que nuestro hijo o hija es demasiado sensible a los estímulos ambientales y contamos con los recursos, “podemos incorporar audífonos externos con alguna música de interés, si estos tienen cancelación de ruido ambiental es mejor opción”.
  • Finalmente, si con todas las acciones realizadas observamos que el niño o niña se angustia y teme, podemos contenerlo con un abrazo o estando cerca. Algunos necesitarán tener su propio espacio en casa donde esconderse y estar en confort. “Hay que darle el espacio que requiere sin juzgarlo, reírse o, peor aún, enfadarse. Recuerden que el niño tiene una reacción proporcional al estímulo y miedo que percibe, por lo que mientras peor es la reacción, más fuerte y peligroso percibe ese estímulo”.

Sin duda, “aún estamos en un escenario de transición y cambio sociocultural relacionado con la forma con la que presentamos diferentes celebraciones, por lo que tenemos que tomar en cuenta estas técnicas compensatorias para ayudar a quienes son más sensibles”, finaliza Pavel Cuevas.

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