Los estruendos de los fuegos artificiales causan pánico en algunos niños, pero también en personas que tienen algún Trastorno del Espectro Autista (TEA). Especialista de la USS entrega algunos consejos para anteponerse a estos escenarios.
Llega el fin de año y con ello las celebraciones que incorporan pirotecnia. No obstante, pese a la majestuosidad que ofrece el espectáculo, el medioambiente, los animales, niños y personas con algún tipo de TEA sufren consecuencias negativas.
“Es innegable la contaminación y el sufrimiento que genera este espectáculo en algunos niños pequeños, o en aquellos que presentan hipersensibilidad a los ruidos o que sean parte de la neurodiversidad. Son ellos quienes reaccionan con un estrés agudo ante los ruidos y vibraciones generadas por los fuegos artificiales, produciendo tensión, aumento de la frecuencia cardiaca, nerviosismo miedo e irritabilidad, entre otros”, comenta Pavel Cuevas, académico de Terapia Ocupacional de la Universidad San Sebastián.
El especialista en el área infantil señala que, si bien estos signos pueden presentarse también en otros eventos de la vida diaria, los mencionados son totalmente evitables mediante algunas técnicas que los padres y/o cuidadores pueden poner en práctica.
Sin duda, “aún estamos en un escenario de transición y cambio sociocultural relacionado con la forma con la que presentamos diferentes celebraciones, por lo que tenemos que tomar en cuenta estas técnicas compensatorias para ayudar a quienes son más sensibles”, finaliza Pavel Cuevas.