“Es importante atender las necesidades individuales de cada una de las personas mayores. Algunos necesitan ser escuchados y otros tener más compañía”, explica la académica de Psicología de la USS, María Rhode Durán.
María Rhode Durán, académica de la Facultad de Psicología de la Universidad San Sebastián señala que “para todas las personas las fiestas de fin de año tienen distintas miradas y representaciones sociales dependiendo de sus creencias, tradiciones familiares y culturales. Hoy, cuando nuestro país está inmerso en una heterogeneidad cultural, estas festividades generan distintas sensaciones para cada uno, pero existe un patrón que es compartido y que tiene que ver con la unidad, el recogimiento, la gratitud y el compartir en familia”.
No sólo se trata de compartir regalos, sino también tiempo con los demás y, especialmente, con nuestros seres queridos. Para los adultos mayores, estar unidos y encontrarse es lo más importante, pero no todos cuentan con las mismas condiciones.
Por eso la psicóloga indica que lo principal “es poder atender a las necesidades individuales de cada uno de los adultos mayores. Algunos necesitan ser escuchados y otros tener más compañía. También requieren contacto y el hecho de que alguien les de la mano y los acompañe”.
La académica añade que otros adultos mayores son muy autovalentes, pero tienen una serie de carencias físicas, de salud o incluso de provisión de alimentos.
“Las personas mayores necesitan cosas puntuales y la sociedad y las familias, en fechas tan simbólicas como estas, no deben olvidarlo. Para eso hay que mirar en un sentido más profundo a las personas mayores. Se trata de observar con detención y conciencia y extender una mirada empática. Ellos quieren ser escuchados, incorporados a un lugar y sobre todo respetados. De alguna manera hay que instalar la necesidad de compartir la Navidad y el último respiro del año 2021 con quienes han dado tanto a nuestras vidas”, concluye la psicóloga USS.