En el avance que Chile ha experimentado, ha sido determinante la unidad con que diversos sectores han enfrentado los problemas del país.
Los avances que ha logrado Chile en las últimas décadas nos deben colmar de legítimo orgullo. Si bien aún son múltiples los desafíos que debemos enfrentar, el país ha caminado a paso seguro hacia el desarrollo.
Entre los avances que podemos mencionar está la efectiva lucha contra la pobreza que ha permitido que millones de chilenos hayan mejorado sus condiciones y puedan hoy vivir con dignidad. De acuerdo a la Encuesta de Caracterización Socioeconómica, CASEN, en el año 2006 la pobreza afectaba al 29,1% de la población. Ese porcentaje bajó a un 8,6% según la CASEN 2017. Un tremendo logro que a veces, abrumados por los problemas sociales que todavía no hemos podido superar, no dimensionamos en toda su relevancia. Sin duda, este es un país muy distinto a aquel de los años 80 y 90.
De acuerdo con el Censo 2017, entre 1992 y 2017 la proporción de personas de 25 años o más que ha aprobado al menos un curso de la educación superior se incrementó de 11,7% a 29,8%.
El aumento del ingreso de las familias chilenas ha permitido una mejora en otros indicadores. Por ejemplo, tenemos la tasa de mortalidad infantil más baja de Sudamérica y comparable con la que registran los países desarrollados. La cifra ha experimentado una notable disminución desde los años 70 en que llegaba a 57 por mil nacidos vivos a la actualidad en que bordea los 7 por mil nacidos vivos. Una prueba concreta del progreso que hemos alcanzado.
Este mismo avance se percibe en el ámbito educacional. De acuerdo con el Censo 2017, entre 1992 y 2017 la proporción de personas de 25 años o más que ha aprobado al menos un curso de la educación superior se incrementó de 11,7% a 29,8%. También ha mejorado el promedio de años de escolaridad, pasando de 8,23 en 1992 a 11,05 en 2017 en la población de 25 años o más.
En el caso de la Educación Superior, la matrícula total de pregrado en 2018 llegó a 1.188.423 estudiantes considerando universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica. Si comparamos la cifra respecto del año 2009, se observa un incremento de 39,9%. Son jóvenes que, a través de los estudios superiores, tienen acceso no sólo a mejores ingresos sino también a valiosas oportunidades de desarrollo personal.
¿Cuál ha sido la clave para alcanzar estos logros? Si bien los buenos indicadores responden a adecuadas políticas públicas implementadas con eficiencia, también ha sido determinante la unidad con que diversos sectores han enfrentado los problemas del país.
Priorizar el bienestar de la población, en especial de la más vulnerable, implica dejar de lado las mezquindades para enfocarse en lo relevante.
En nuestra historia ha habido múltiples situaciones que nos han distanciado. Podemos tener diversas opiniones y una mirada distinta sobre los mismos hechos, pero la clave ha sido poner el bien del país y de su gente por sobre las diferencias. Priorizar el bienestar de la población, en especial de la más vulnerable, implica dejar de lado las mezquindades para enfocarse en lo relevante.
Son muchos los desafíos que aún tenemos que abordar. Aumentar el acceso a atenciones sanitarias dignas, oportunas y de calidad es uno de los prioritarios, así como mejorar las condiciones de vida de la infancia vulnerada. También debemos hacer esfuerzos por cubrir las necesidades de nuestros adultos mayores para que tengan la vida digna que se merecen.
En estos días en que recién comenzamos el año 2019, es de esperar que entendamos que solo la unidad y el espíritu constructivo nos permitirán avanzar hacia una sociedad justa, inclusiva y tolerante. Una sociedad en que nos respetemos por sobre nuestras diferencias.
Fernando Quiroga Dubournais
Vicerrector Sede Concepción
Universidad San Sebastián
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