Michal Királyi, candidato a doctor en Ciencias Políticas en la Universidad de Hradec Králové, de República Checa, se dedica a estudiar cómo los deportes y las actividades recreativas pueden reducir el comportamiento riesgoso de los niños vulnerables en América Latina.
Su extenso trabajo de campo lo ha llevado por Nicaragua y Colombia, culminando hace poco con su estancia en Puerto Montt. Allí, Michal compartió su tiempo entre actividades recreativas con estudiantes de escuelas rurales y su investigación en la sede De la Patagonia de la Universidad San Sebastián.
En esta entrevista, Michal ofrece una visión más profunda de su experiencia en Chile y los valiosos conocimientos que adquirió durante su estadía de tres meses en Chile.
-¿Por qué elegiste la USS en Chile para tu pasantía?
Mi investigación se centra en el Deporte para el Desarrollo y la Paz en América Latina. Después de visitar Nicaragua y Colombia, quería explorar Chile debido a su contexto e historia. Descubrí la USS a través de un convenio con mi universidad. Tenía la oportunidad de elegir cualquier universidad en América Latina, y cuando supe que nadie de mi universidad tenía experiencia con la USS, decidí ser el primero en probarla.
-¿Y por qué optaste por la sede De la Patagonia?
Elegí Puerto Montt porque es un lugar remoto, lejos de todo. Me interesaba ver cómo el deporte para el desarrollo podría ser útil ahí. También quería un lugar tranquilo y pacífico, y la naturaleza alrededor de Puerto Montt es absolutamente impresionante. Fue la elección perfecta para mí.
-¿Qué hiciste específicamente allá?
Trabajé con dos escuelas básicas locales: Escuela Cayenel de Puerto Montt y Escuela Grupo Escolar de Puerto Varas. Ahí dirigía actividades recreativas para los niños, lo que proporcionó experiencia práctica para mi investigación. Quería obtener percepciones reales para complementar mi trabajo teórico, no confiar solo en lo que está escrito en los papers.
Principalmente trabajé con los estudiantes durante sus recreos. Preparaba juegos para ellos, pero la participación era voluntaria. A veces, solo querían hablar y aprender sobre Europa y República Checa. Debido a las frecuentes lluvias, a menudo jugábamos ajedrez y juegos de mesa en el interior, lo cual era siempre muy divertido.
-¿Cuáles fueron tus experiencias en Nicaragua y Colombia? ¿También visitaste universidades?
En Nicaragua, visité escuelas rurales locales gracias a una ONG local y trabajé con niños a través de un programa de Fútbol para el Desarrollo. A través del fútbol, intentaba transmitir valores como la igualdad de género y nos centramos mucho en prevenir el trabajo infantil. Escribí un artículo al respecto, que todavía no ha sido publicado.
En Colombia, participé en un proyecto similar. Pasé medio año en la Pontificia Universidad Javeriana en Cali, como parte de un programa de intercambio para mi doctorado. También hice una pasantía con una ONG en el barrio vulnerable de Aguablanca, en Cali, donde usamos juegos para prevenir comportamientos riesgosos entre los niños y proporcionarles un ambiente seguro.
-Finalmente, ¿qué te pareció la ciudad?
Puerto Montt es una ciudad encantadora, con bellos alrededores. Fue maravilloso ver el océano con la cordillera nevada de Los Andes elevándose directamente desde él, algo que nunca había visto en ningún otro lugar. Además, en esta región (Los Lagos), puedes participar en todos los deportes imaginables al aire libre. Definitivamente nunca me aburrí ahí.
Pasé excelentes momentos en el campus de la USS, donde logré terminar otro paper. Dividía mi tiempo entre trabajar con niños y hacer mi trabajo de doctorado. El ambiente académico era excelente; mi supervisora Paulina y mis colegas, o “amigUSS”, me ayudaron muchísimo. Compartíamos una oficina y a menudo pasábamos tiempo juntos fuera de ella. Varias veces me invitaron a sus casas, donde hacíamos asados y disfruté de mucha comida deliciosa, lo que también me hizo subir de peso.
-¿Recomendarías esta experiencia a otras personas de la República Checa u otros países distantes?
Absolutamente. Si quieren explorar la naturaleza y disfrutar de la compañía de personas relajadas y amigables, el sur de Chile es perfecto. Desde mi casa, tenía una vista maravillosa de los volcanes Osorno y Calbuco, cuando el clima lo permitía. Incluso disfrutaba de la lluvia y el viento frío y fuerte de la Patagonia, una nueva experiencia totalmente nueva para mí.
También viajé más al sur para ver pingüinos en Tierra del Fuego, visité Torres del Paine e hice un viaje en auto por la Carretera Austral. La belleza natural de la Patagonia es algo indescriptible para alguien de Europa Central. Se siente como el paraíso. Fue una experiencia perfecta, y definitivamente lo haría todo de nuevo si pudiera.