El fomento a la investigación ha estado siempre presente en nuestra Universidad, pero ha cobrado especial vigencia en los últimos años fruto de un plan quinquenal que jó como meta incorporar investigadores en ciertas áreas específicas. Es así que se establecieron políticas de contratación e incentivos que tu- vieron como resultado un aumento sustantivo de publicaciones; prácticamente se duplicó el número de publicaciones en revistas y creció signicativamente el índice de impacto. No obstante haber tenido estos logros, esta es una tarea que debemos retomar con renovadas energías porque la investigación por nuevo conocimiento y su transferencia a la sociedad es un imperativo ineludible si de veras queremos avanzar hacia una universidad compleja por la diversidad de tareas que realiza.
Para una Universidad que se fija como objetivo transitar por un camino de esta naturaleza, son muchos los factores que debemos atender, por lo cual la tarea no es menor y exige la participación y liderazgo de todos los actores.
Sabemos que, para crecer y posicionarnos dentro de las mejores Universidades privadas del país, no sólo es necesario realizar más y mejor investigación en áreas definidas y de diversa índole, sino también crear un entorno habilitante que aproveche las características y ventajas propias de la Universidad y que permita generar un valor y un reconocimiento social que no sacrifique la sostenibilidad del proyecto educativo.
Ello implica que, junto con fortalecer la cultura de investigación dentro de la institución, se requiere toda una articulación interna y externa, lo cual demanda un cuerpo académico activo y directivos comprometidos con este propósito común. Sabemos que la investigación puede fortalecer el pregrado y el postgrado; sin embargo, el que ello se materialice depende de cuánto peso y participación se le dé dentro de las carreras a los académicos que se dedican mayormente a la investigación. En el mismo sentido, se puede a través de ella producir bienes públicos que propongan soluciones y provoquen cambios cualitativos en contextos regionales. Con todo, ello también depende de la capacidad que tiene la organización de captar y retener talentos en regiones, la orientación que se le dé a la investigación en las sedes y la capacidad para generar alianzas y redes con organizaciones locales.
A partir de los antecedentes que se presentan en esta Memoria, existe una clara evidencia de que los esfuerzos emprendidos en los últimos años han sido fecundos. Las políticas y mecanismos de incentivos vigentes han dado frutos lo que queda de manifiesto en el sostenido crecimiento del número de publicaciones indexadas Web of Science (WoS), Scopus y Scientific electronic library online (SciELO), el aumento en calidad de las publicaciones medidas por factor de impacto, el gran avance en la adjudicación de proyectos con financiamiento externo por parte de los académicos de la USS en 2017 y la puesta en marcha de los dos programas de doctorado actualmente existentes.
Hoy en día existe la necesidad de que más académicos de jornada completa se motiven por crear conocimiento nuevo por medio de la investigación y se comprometan a volcar esos hallazgos en la docencia de pre y postgrado y, desde luego, en la transferencia y aplicación de este conocimiento para la solución de problemas sociales y para generar propuestas de política pública. Es tarea de todos encontrar la manera de materializar estos desafíos y es por ello que nuestros planes de desarrollo deberán estar alineados para considerar a la investigación y a la formación de capital humano avanzado como uno de los principales ejes estratégicos en el futuro de nuestra universidad.
Carlos Williamson – Rector
Descargar Memoria 2017: USS2018WE