Loreto Lyon y la arquitectura del vino

La directora de Arquitectura Santiago mezcla los trazados de las grandes urbes con el sabor del vino que ella misma ayuda a preparar. “Me encanta el mundo vitivinícola y el cómo la arquitectura ha ganado espacio allí”, señala. ¿Podría dedicarse ciento por ciento a elaborar su propio vino? “No es mala idea”, dice con una sonrisa.

Un llamativo dato escapaba del extenso currículum de Loreto Lyon… hasta ahora. Directora de Arquitectura USS sede Santiago, ex directora del Colegio de Arquitectos de Chile y arquitecta reconocida a nivel nacional y latinoamericano, Loreto Lyon es parte del mundo vitivinícola y prepara sus propios vinos. “O al menos participo en el proceso”, aclara.

“Siempre me ha gustado el campo. Mi papá vive ahí, en una zona llamada Almahue, y para la pandemia me fui a vivir un año allá. Comencé a ayudarlo en la venta de uva de vino, pero al igual que en otras temporadas, nos sobró. Fue ahí cuando me dijo ‘¿por qué no hacemos nuestro propio vino?’ y ahí empezamos”, cuenta.

Vino “de la casa”

Ya son cerca de 4000 mil las botellas de Carmenere envasadas al año, cuya elaboración es supervisada por la enóloga Marcela Chandía. “Pero es un vino de la casa”, aclara Loreto. “No lo comercializamos, sino que lo ofrecemos a los más cercanos, a la familia y a los amigos”.

“He aprendido mucho de vino. Antes conocía el proceso vitivinícola para hacer el vino, pero hoy ya entiendo del proceso agrícola. Debo relacionarme directamente con el agrónomo y con los enólogos a los que les vendemos nuestras uvas. Es muy lindo trabajar el campo y la uva, pero también es un trabajo de mucho sacrificio, que no depende mucho de uno, sino del clima y otros factores externos”, agrega.

¿Algún nexo entre la arquitectura y el vino? Loreto ha participado en el diseño de viñas como la Viña la Rosa y la Viña Vik, ambas en la Región de O’Higgins, y valora muchísimo la unión entre ambos mundos. “Un rico vino tiene un bonito edificio, muchas casas patronales son el rostro de las viñas… Es una mezcla bonita, interesante, que se ve tanto en Chile como en diversos rincones del mundo”.

¿Cómo se ve a futuro? “Me encanta la arquitectura, soy una apasionada de la ciudad y del rol que tenemos como arquitectos en la sociedad, pero también me seduce el campo y la naturaleza. El vino tiene un lado glamoroso y sofisticado que me encanta. En una de esas, me dedico a esto. No sería mala idea, aunque siempre aportando con un buen diseño y arquitectura donde se pueda”, concluye.

 

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