“La capacidad de construcción naval de Chile adquiere relevancia geopolítica y económica, considerando el posicionamiento de nuestro país tricontinental: en América, Oceanía y Antártica”, advierte la académica del Instituto de Historia USS, Karen Manzano durante su entrevista con El Mercurio de Valparaíso.
Lo anterior, en favor de mejorar las capacidades de respuesta en la Antártica: desde la salvaguarda de sus derechos hasta la protección de sus recursos naturales.
A propósito de la reciente entrega del primer rompehielos chileno, bautizado como “Almirante Viel”, la académica de Historia USS afirma esto “le entrega al país una autonomía que antes no existía, pues dependía de la compra de naves a terceros estados que los vendían con años de uso”. Asimismo, “la creación de uno propio facilita los tiempos de viaje, de investigación y de defensa de los intereses nacionales”, dice.
Manzano explica que desde hace varios años existen estados cuyas actitudes nos demuestran que su objetivo es obtener los recursos naturales antárticos, como el petróleo y los minerales que se encuentran en el continente blanco. Sin embargo, el Tratado Antártico ha garantizado la protección de esta zona en favor de la paz y la investigación.
“Los riesgos ya se encuentran a la vista, pues potencias como China y Rusia están realizando trabajos entorno a ‘investigar’ qué recursos existen y, bajo esa lógica, funcionar dentro de la legalidad del Tratado, el cual posibilita la investigación científica (como los sondeos geológicos). Esto en realidad responde a la búsqueda de posibles reservas vitales para su futuro”.
¿Qué podría suceder? Manzano agrega que mientras siga existiendo el “Tratado Antártico, se debieran mantener las salvaguardas al continente, pero este interés por los recursos no disminuirá en los próximos años, por lo que tendremos que estar atentos a lo que sucederá el 2048, cuando se discuta nuevamente su ampliación.
“La posición chilena siempre ha sido respetar las condiciones del Tratado Antártico, es decir, proteger los recursos naturales existentes para mantener la paz y la investigación científica, algo que lo demuestran décadas de reuniones del propio Tratado y la búsqueda de regulaciones en torno a los recursos vivos marinos, el medio ambiente o los minerales”, analiza Karen Manzano.
En esa misma línea, “se ha vuelto urgente poner nuestro interés hacia la zona Austral Antártica y, en eso, se ha vuelto vital nuestra posición en Punta Arenas y del Estrecho de Magallanes. La sequía que se registró en los meses de abril y mayo en países como Panamá, Colombia y Ecuador generaron problemas en el tránsito del canal de Panamá, debido al bajo nivel de agua, demorando los tiempos de viaje y generando filas tan largas que algunos barcos preferían dar la vuelta por la costa sudamericana y cruzar el Estrecho de Magallanes”.
Desde el punto de vista histórico, “Chile defiende sus derechos heredados desde la Conquista y la Colonia, cuando se le entregaba la jurisdicción del territorio chileno al gobernador Jerónimo de Alderete y sucesores hasta el Polo Sur. Estas acciones quedaron reflejadas en diversos escritos, como la Araucana de Alonso de Ercilla (“la región antártica famosa” dela primera octava) o en los textos de cronistas como el padre Rosales”.