Un estudio publicado en la última edición de la prestigiosa revista científica PlosOne liderado por el Dr. Andrés Silva, académico de la Escuela de Nutrición y Dietética de la USS, indica que el 16,2% de los hogares de jefatura femenina y el 10,9% de los hogares de jefatura masculina experimentan inseguridad alimentaria moderada o severa en Chile.
En base a los datos de 70 mil hogares de la Encuesta Nacional de Caracterización Socioeconómica de Hogares de Chile (CASEN), el estudio arroja que, si bien los hogares encabezados por hombres experimentan menos inseguridad alimentaria en comparación con los hogares encabezados por mujeres, esta brecha de género no es significativa en hogares unipersonales y se incrementa en hogares con niños y de bajos ingresos.
“Además, encontramos que en el 78,6% de los hogares con jefatura masculina los jefes de hogar están casados o en pareja, en contraste con sólo un 26,5% de los hogares con jefatura femenina”, detalla Andrés Silva, ingeniero agrónomo y Doctor en Management de la Universidad de Kent (Reino Unido).
En este sentido, la brecha de género en seguridad alimentaria está asociada al estado civil (tener o no pareja) y a la composición del hogar: los hogares encabezados por mujeres sin pareja, con niños y personas mayores, presentan mayor prevalencia de inseguridad alimentaria y la brecha de género es mayor al comparar su nivel de inseguridad alimentaria con los hogares encabezados por hombres.
La investigación también pone en relevancia el rol de las redes de apoyo. Las redes de apoyo, entre otros, implican contar con alguien fuera del hogar para cuidar a niños, para pedir un auto prestado o dinero en caso de una emergencia. Los hogares con redes de apoyo tienen menor prevalencia de inseguridad alimentaria. “La mayor parte los estudios previos de seguridad alimentaria analizan los determinantes dentro del hogar, tales como los ingresos del hogar y nivel educacional de la jefatura del hogar. Este estudio analiza, además, las redes de apoyo fuera del hogar, abriendo un abanico de alternativas de políticas públicas para apoyar a los hogares que experimentan inseguridad alimentaria”, señala el Dr. Silva.
“El fomento de redes de apoyo, y el trabajo con organizaciones y comunidades, pueden apoyar una estrategia eficaz de seguridad alimentaria”, puntualiza el académico. “Muchas veces nos centramos en los determinantes del hogar y, hasta cierto punto, podemos estar olvidando las dinámicas con las organizaciones y dentro de una comunidad que pueden apoyar la seguridad alimentaria de los hogares”.
Esta investigación se enmarca en el trabajo que la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad San Sebastián está realizando en el área de seguridad alimentaria y organizaciones sociales. El equipo de investigación planea continuar explorando estos hallazgos y ampliar la investigación a redes de apoyo y su relación con los integrantes del hogar. La pandemia de COVID-19 ha resaltado aún más la urgencia de abordar la inseguridad alimentaria en todas sus dimensiones, y esta línea de estudio ofrece una perspectiva más global, más allá del hogar, para abordar este desafío.