Académico USS: Los imperdibles barrios patrimoniales de Santiago
La revista británica “Time Out” destacó al Barrio Yungay como uno de los sectores más “cool” del mundo debido a su colorido e historia. Sin embargo, la Región Metropolitana ofrece muchos barrios que pueden entrar en esta categoría.
Su estatus patrimonial, la vida nocturna, e incluso ser el barrio de residencia del Presidente Gabriel Boric le valieron al Barrio Yungay para ser elegido uno de los diez “más cool” del mundo, según la revista británica Time Out. La publicación destacó que estos lugares “son áreas para que la gente viva, visite y se quede. Son lugares que mezclan lo mejor de la vieja y la nueva escuela”. “Es un imán para los jóvenes “cool”, donde la clase trabajadora se une con los bohemios”, recalcó.
Para Carlos Maillet, director de la Licenciatura en Arte y Patrimonio de la U. San Sebastián, el reconocimiento del barrio Yungay va en línea con lo que muchos turistas buscan en la actualidad: un sector histórico, atractivo, pero lejano a las grandes masas. “El público de este tipo de publicaciones es gente joven, que le gusta viajar sola, que suele mochilear, que no le gusta el turismo masivo, que se preocupa por la ecología, etc”.
Los otros barrios
Pese a la notoriedad alcanzada por el Barrio Yungay, en la voz del académico también hay otros barrios “onderos” a destacar. “Santiago tiene una característica que lo hace bien distintivo en relación a otras capitales: sus parques. El Parque Metropolitano, el Cerro Santa Lucía (…) los “cerros isla” son muy atractivo para los viajeros. Cuando los turistas están acá, les gusta visitar además el Cerro Maquehue, el Cerro Chena, el Parque Bicentenario, el Parque Forestal. Eso lo encuentran muy ‘cool’”, agrega Maillet.
El ”pero” es el actual deterioro que presentan varios puntos de la capital. “Un turista promedio, en Santiago, se queda una tarde, o un día. La gente prefiere pasar de largo e irse directo a otros puntos de Chile. Santiago tiene el desafío de ir recuperando sus barrios “cool”, pintando fachadas, arreglando monumentos (…) Esto hace que la gente se quede más en la ciudad y mejoren ámbitos como la seguridad y la economía”, concluye.