A principios de este año, un grupo de jóvenes se propuso el objetivo de realizar acciones para vincularse con su entorno y conocer la realidad de diversas comunidades.
Todo comenzó en marzo, como una idea de dos estudiantes de Enfermería que tenía como objetivo el vincularse con la comunidad para conocer realidades que aportaran a su formación académica, considerando que su futura labor profesional estará intrínsecamente ligada al contacto con las personas.
Y así, de boca en boca fueron compartiendo su iniciativa y hoy ya suman poco más de veinte integrantes, los que han participado de diferentes actividades en el sur de Chile, muchas de las cuales trascienden en la vida personal de cada uno de ellos.
De hecho, una de sus últimas intervenciones fue asistir a una jornada de recreación para niños de la unidad oncológica del Hospital de Puerto Montt. Organizado por la Fundación Luz Une, el grupo asistió al encuentro realizado en las cercanías de Puerto Varas, donde no solo pusieron en práctica conocimientos propios de la carrera, sino también floreció en ellos un compromiso de vocación que va más allá del ámbito académico.
“Aunque nuestro objetivo es aprender, nos llevamos una linda sorpresa porque vemos el impacto que generamos con las personas con las cuales nos vinculamos. Pero no solo eso, sino también el impacto de las personas en nosotros. Es decir, tras culminar este tipo de actividades sabemos que tenemos que seguir adelante, para aportar, no solo a las personas que poseen una determinada condición de salud, sino también a niños de jardines infantiles o adultos mayores, porque queremos ser buenos profesionales, pero también buenas personas”, explicó Nataly Quidenao, quien junto a su compañero en la Universidad San Sebastián, sede De la Patagonia, dieron origen al Voluntariado de Enfermería, que hoy ejecuta acciones que marcan la formación.