La iniciativa estudiantil, a cargo de Nathalie Acuña, alumna de Educación Física, contó con el respaldo de la Dirección de Asuntos Estudiantiles de la USS.
“Ciclo de Charlas Motivacionales, los Deportistas del siglo XXI” es el nombre de la actividad, que en su jornada de inicio contó con la exposición de Marco Romero, con discapacidad visual y jugador de Goalball, y Felipe Rivas, con discapacidad física, capitán del Club de Rugby Adaptado del Bío Bío. La actividad se efectuó en el Edificio Los Canelos del Campus Las Tres Pascualas, y se inició con el saludo de Hans Heyer, director de Asuntos Estudiantiles de la USS Concepción.
Según explica Nathalie Acuña, alumna a cargo de la iniciativa, “el objetivo de la actividad es inspirar y motivar a los estudiantes de la USS a cumplir su sueños y alcanzar su metas, aprendiendo de aquellos que han sabido ganarle a la vida y la adversidad”. El enfoque de los ciclos se centrará en deportistas que día a día luchan por superarse a sí mismos y para representar a su país en las diferentes áreas del deporte, precisa.
El académico Alex Cid contextualizó la actividad, por realizar diferentes actividades con los expositores. Inició las presentaciones Marco Romero, profesor de Historia y Geografía egresado de la USS Concepción, jugador del Club Deportivo de Goalball “Renacer”.
“Mi caso es diferente al de Felipe, porque yo no nací ciego: una retinitis pigmentosa (o pigmentaria) me quitó la vista, hace algunos años. Antes era obrero; cuando comencé a quedar ciego me cuestioné qué hacer y ahí surgió la idea de estudiar pedagogía”, contó, pese a nunca haber encontrado trabajo en su profesión, fruto de las complicaciones de su condición física.
“Siempre fui dirigente social. Militante de partidos, participante de sindicatos. Cuando me enfermé de la vista me di cuenta de que mi vida tenía que seguir, así es que mis condiciones de líder las desplacé a mis acciones deportivas”, narró. Fue así como logró medalla de bronce y tercer lugar en el campeonato deportivo nacional de Goalball, entre otros méritos.
Urgencia en la adaptación
Luego, Felipe Rivas, estudiante de Psicología en la U. de las Américas, quien perdió sus piernas y parte de uno de sus brazos fruto de amputaciones (consecuencia de un incendio al que sobrevivió cuando tenía sólo seis meses de vida), contó cómo ha sido su vida en medio de una sociedad que día a día ofrece múltiples retos, que sortea permanentemente y que no le han impedido salir adelante.
Hoy es capitán del Club de Rugby Adaptado Bío Bío y jugador del Club Gran Buls Basquetbol en Silla. El deporte y su vida le permitieron viajar y conocer el mundo, sirviendo como fuente de inspiración a muchos jóvenes: las limitaciones las ponen las personas que lo ven, y no él. “Muchos creen que yo dependo de esta silla, pero no es así”, dijo. De hecho, se levantó, caminó y saltó frente a los presente, causando gran admiración.
El deporte cambió su vida; ahora se siente parte de un grupo, su autoestima mejoró y la responsabilidad y la perseverancia lo impulsan a buscar nuevos desafíos y aventuras. “No existe la discapacidad en las personas, éstas aparecen sólo cuando no podemos realizar algo porque el medio no está adaptado para nosotros”, afirmó.
Para el segundo ciclo de charlas (agosto) se contará con la presencia de otro deportista destacado con una historia que contar.