Foro buscó derribar mitos sobre proceso migratorio en Chile

Participaron el Padre Miguel Yaksic, director nacional Servicio Jesuita de Migrantes, y Rodrigo Sandoval, jefe nacional del Departamento de Extranjería y Migración. Organizaron la Escuela de Liderazgo, el Centro de Extensión y Estudios (CEUSS) y la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales USS.

 

Diferentes miradas, pero con algunos puntos en común, se encontraron en el foro panel “Mitos y Verdades sobre Inmigración”, organizado por la Escuela de Liderazgo, el Centro de Extensión y Estudios (CEUSS) y la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad San Sebastián.

En su compromiso por contribuir al debate sobre inmigración en Chile y fomentar el diálogo ciudadano desde la academia, la jornada contó con la participación del Padre Miguel Yaksic, director nacional Servicio Jesuita de Migrantes, y Rodrigo Sandoval, jefe nacional del Departamento de Extranjería y Migración. Moderó el académico Patricio Gajardo, de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales.

Con la experiencia de conocer los procesos migratorios en diferentes países, el Padre Yaksic cuestionó de plano el vínculo que comúnmente se hace entre migración y delincuencia. “Esta es una dicotomía superficial y falsa, donde la migración es vista como un problema y se yerra con la realidad del fenómeno”, afirmó.

El sacerdote entregó datos porcentuales comparativos donde Chile tiene un porcentaje del 2,8% de inmigración del total del país, mientras que en Argentina es de 4,8% y los países de la OCDE están sobre el 12%. “En el mundo -señaló- hay 120 países que reciben más migrantes que Chile. Por lo tanto, no hay una oleada migratoria, no estamos llenos ni colapsados de migrantes, estamos viviendo un proceso normal de un país de ingreso medio, estable en lo económico y político, que se ha convertido en un nuevo destino de migración como ya ha ocurrido a muchas naciones”.

El 75% de nuestra migración proviene de los países vecinos y con aumento reciente de migración española, de Haití y República Dominicana. Por otra parte, con indicadores de la encuesta CASEN, indicó que los inmigrantes en Chile tienen un promedio de escolaridad de un 12%, mientras que los chilenos un 10%.

En este contexto, Yaksic expuso las perspectivas del enfoque instrumental, que es extremadamente liberal, mientras que el enfoque de la seguridad cree que la migración se puede detener o se puede controlar, creando una imagen del terror o del miedo. “Chile está siendo hoy un país más rico y educado que nunca, pero históricamente hemos tenido muchas relaciones de subordinación y dominio; y el enfoque de la seguridad suele meterse en las diversas formas políticas y éticas de comprender la sociedad. Con la migración ocurre que se cree que la migración la vamos a terminar con una política pública”, sostuvo.

“Esto reside en que la política pública en Chile está muy desarticulada, hace lento y engorroso el proceso de regularización de un migrante. Entonces un migrante regularizado, con visa al día, es alguien que va a trabajar formalmente, que va estar afiliado a FONASA, que va a ahorrar en su AFP, que va a pagar impuestos y aportará al Fisco como contribuyente, que sabemos quién es y dónde está, y que es sujeto de su desarrollo y no depende del Estado ni de una fundación como la nuestra”.

“En cambio, un migrante irregular, como aquel que se vio obligado a entrar por un paso no habilitado como víctima de tráfico -continuó- al que se le pusieron un montón de trabas, aquel que nadie quiere contratar porque no tiene permiso y debe esperar 60 días para que extranjería lo autorice, entonces va siendo excluido, y luego obtiene un trabajo informal, arrienda una pieza en un cité, miserable y cara, no cotiza y depende del Estado y la sociedad civil”.

¿Vamos a crear una política migratoria que facilite este proceso?

Frente a esta pregunta, Rodrigo Sandoval, explicó que se trata de un problema de discriminación a los migrantes, aduciendo que “la causa es que Chile tiene un problema de concentración urbana, donde el 60% de la fuerza laboral está en Santiago, que el 70% de los trámites que debe realizar un extranjero debe hacerlo en Santiago. ¿Entonces, después nos llama la atención que el casco histórico de la capital esté lleno de extranjeros?”

La migración habla mucho de nosotros y poco de los migrantes, entonces lo primero que debemos intentar es darse cuenta que hay una responsabilidad de quien recibe. ¿Y cómo nosotros nos hacemos cargo?”

Una política migratoria no es otra cosa que la resolución de la tensión entre quién quiere entrar a un país y el Estado no quiere que lo haga. Entonces si se le da más importancia a lo que dice el Estado, la política será restrictiva o recelosa; y si la política le da más importancia al derecho de la persona de escoger donde vivir, entonces ésta es más liberal o garantista”.

Compromisos internacionales

Sandoval afirmó que como país debemos hacernos cargo de los compromisos internacionales como el MERCOSUR, por ejemplo, y entregó características propias de nuestro país, como el voluntarismo, donde hay un error en creer que podemos controlar la migración en el país, y esta discusión se vuelve arrogante, -señaló- con ciertos dogmas, donde todo el mundo cree que tiene la razón y sabe más que el otro.

Y en tercer lugar es una discusión llena de atavismos, donde se sigue hablando de medidas que antes podían haber servido, pero que ahora no sirven y que se quieren imponer.

“Debemos entender que el voluntarismo no sirve, que las políticas migratorias y las decisiones deben hacerse en base al realismo y en base a lo que de verdad puede gestionarse”, recalcó.

Por otra parte, añadió que “en lugar de discutir quién tiene la razón lo importante es saber qué tan eficaces somos para crear condiciones distintas para la migración; y que en lugar de los atavismos nos dediquemos al conocimiento, qué estamos haciendo las distintas áreas del estado, del gobierno y la sociedad civil para saber de ¿Qué estamos hablando de migración? Y en cuarto lugar la no imposición, más bien la colaboración y participación de la sociedad civil en la política pública, que también implica la colaboración entre estados”.

La jornada tuvo una activa participación de estudiantes de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, con el intercambio de idea y ejemplos que colaboren con el proceso migratorio que vive el país.

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