Las fiestas de fin de año son un momento para pasar en familia y disfrutar, pero ¿cómo logramos una alimentación saludable en Navidad? Este día no es para hacer dieta, sin embargo, tampoco debemos caer en excesos.
Una mesa en compañía de los seres queridos y la oportunidad de entregar afecto de forma genuina es una de las posibilidades que abre una cena de Navidad. Si bien se trata de un espacio donde se invita al disfrute, a través de alimentos preferidos por los grupos familiares, es necesario considerar algunos aspectos que mantengan el equilibrio con la salud.
“Lo primero a tener en cuenta es la hora en que se programe la cena. Primordialmente, debe ser máximo hasta 2 horas antes de acostarnos, de esa manera incluimos a los niños en un horario responsable y a su vez los alimentos se logran digerir bien y se concilia un buen sueño, evitando la aparición de síntomas como dolor o acidez al dormir”, comenta Constanza Díaz, académica de Nutrición y Dietética de la Universidad San Sebastián.
Otra forma de no caer en excesos es que la comida sea lo más equilibrada posible. Esto quiere decir que, por ejemplo, “se aprovechen las verduras de temporada. Se puede hacer una entrada con verduras de hojas verdes y de fondo incluir proteínas de origen vegetal como legumbres y tofu. También pueden considerarse proteínas de origen animal como pescados, que nos aportan omega 3, o carnes blancas, que son más livianas para la noche. El acompañamiento puede ser de cereales, de preferencia integrales, tales como choclo, quinoa, arroz integral, entre otros, para así tener un mayor aporte de fibra”, detalla la especialista.
Respecto a los líquidos, la nutricionista recomienda jugos o bebidas sin azúcar, aguas saborizadas con rodajas de limón, naranja u hojas de menta. “En el caso de bebidas alcohólicas, evitar tragos dulces con crema y destilados, debido a su alto aporte de azúcar y grasa, en su reemplazo, preferir vino tinto, blanco o espumante”.
Como postre, ojalá incluir preparaciones caseras en vez de alimentos procesados. “Excelentes opciones son el helado de fruta congelada, postres de leche descremada o semidescremada, como leche asada, para lo que recomiendo ocupar edulcorantes como la tagatosa o alulosa en vez del azúcar para el caramelo.”
En el caso del Cola de Mono, aunque no exista recomendación oficial, la nutricionista sugiere consumir sólo 1 copa o vaso, “debido a su alto aporte calórico, que es de 150 calorías en promedio, las que son aportadas por el alcohol y azúcar”. Por otro lado, en el caso del Pan de Pascua, “la porción sugerida es un trozo ya que también tiene un alto aporte calórico, entre 250 a 300 calorías en promedio según los ingredientes o marca”.
A modo general, la mejor manera de tener una alimentación equilibrada durante ese día es consumir pequeñas cantidades de alimentos en distintos horarios, sin eliminar tiempos de comida, para así no llegar con mucha hambre al momento de cenar y no caer en los excesos. Por último, “la clave es llevar una alimentación balanceada durante todo el año, para así poder disfrutar tranquilos en las fiestas y luego volver a nuestra rutina diaria”, concluye la experta.