Para obtener beneficios en la reducción de grasa corporal o bajar de peso, se debe utilizar una estrategia que combine ejercicio físico y dieta.
Entre las consecuencias de la pandemia, está el aumento de la obesidad e inactividad física, la que se encuentra asociada a una mayor prevalencia de enfermedades crónicas no transmisibles.
Cabe preguntarse, ¿cuál es la mejor estrategia para combatir el sedentarismo, la obesidad y preservar nuestra salud? Además, en el verano, las personas se preocupen más de su condición y aspecto físico: comienzan a implementar restricciones alimentarias y a realizar actividad física sin considerar que es necesario asesorarse con profesionales del área de la actividad física y la nutrición para que estas medidas no afecten la salud.
Para obtener beneficios en la reducción de grasa corporal o “bajar de peso”, se debe utilizar una estrategia que combine ejercicio físico y dieta, ya que el primero por sí solo puede que no contribuya a la pérdida de peso deseada. Se sabe que el ejercicio físico puede incrementar la masa muscular y que, en términos prácticos, ésta pesa más que la grasa.
El ejercicio físico es fundamental en los planes de pérdida de peso como también para mantenerse saludable, porque contribuye a preservar la masa muscular, mantener la pérdida de peso por más tiempo y aumenta la movilización de la grasa abdominal. El desbalance energético, entre dieta y ejercicio, debiera fluctuar entre 500 a 1000 calorías diarias, para producir una pérdida de peso no mayor a un kilo a la semana, pero solo a través de terapia combinada y con la asesoría que requiere cada persona.
Las intervenciones que se realicen en función de cambios en la conducta, en los estilos de vida, desplazamientos activos y uso de la tecnología pueden favorecer los resultados, así como también programas de ejercicio que combinen la fuerza resistencia y resistencia aeróbica, mejorando la capacidad funcional en el tratamiento de la obesidad.
También se deben considerar las nuevas directrices de la Organización Mundial de la Salud sobre actividad física y hábitos sedentarios para adultos: entre 150 y 300 minutos de actividad física de intensidad moderada o entre 75 y 150 minutos física de intensidad vigorosa como mínimo en la semana, añadiendo dos o más veces actividades de fortalecimiento (OMS, 2020).
Se sugieren las siguientes recomendaciones para tener éxito en programas de ejercicios físico enfocados a la reducción de peso:
Yazmina Pleticosic Ramírez
Académica de Pedagogía en Educación Física
Universidad San Sebastián