Según datos del Ministerio de Educación, casi un 30% de los establecimientos educacionales en Chile pertenecen a escuelas rurales, donde se educan cerca de 280 mil estudiantes. Durante la pandemia, estas escuelas vieron acrecentadas las brechas de aprendizaje respecto a los establecimientos urbanos, evidenciado principalmente por la falta de acceso a la tecnología, herramienta primordial para la educación a distancia implementada en plena crisis de COVID-19.
Las escuelas rurales han debido adaptarse y buscar formas de llegar a todos sus estudiantes, considerando además que, la mayoría de ellas, son escuelas multigrado que no superan los tres docentes en total.
En ese contexto, una herramienta que ha servido para fortalecer los aprendizajes, activando la participación e inclusión de los estudiantes, es la metodología del Aprendizaje Basado en Problemas (ABP). Se trata de una enseñanza que favorece la articulación de las asignaturas y mira al aprendizaje de manera progresiva e integral, a través del tratamiento de una problemática en particular, que se puede resolver desde una multiplicidad de disciplinas.
Así, los estudiantes, desde los inicios del proceso escolar, tienen la oportunidad de desarrollarse de forma analítica y crítica frente a los aprendizajes, descubriendo diversas soluciones a los problemas planteados, desde sus contextos socioculturales.
“Si bien esta metodología existe desde hace muchos años, no ha sido muy utilizada en educación básica, sino más bien en educación parvularia, a través de proyectos”, explica Carol Hewstone, directora de Pedagogía en Educación Diferencial Advance de la Universidad San Sebastián, sede Valdivia. Esto, “porque la educación ha estado muy centrada en una mirada asignaturista, donde los contenidos se enseñan de manera aislada”.
La escuela rural, por las características del territorio, permite que el aprendizaje se pueda desarrollar naturalmente de manera más integral. “Los niños tienen otras experiencias en el campo, con la granja, con la huerta, con hierbas medicinales, facilitando así el aprendizaje articulado y la integración del conocimiento, algo que escasamente se hace en escuelas urbanas”, señala Hewstone.
En la región de Los Ríos, estudiantes y académicos de Educación Diferencial Advance elaboraron un modelo de participación usando la metodología de APB, que además utilizó las radios comunitarias como canal de comunicación.
Una de las escuelas que se sumaron al proyecto fue la Escuela Alemania de Valdivia, donde se está trabajando, por ejemplo, la integración entre estudiantes de educación parvularia y primero básico, para favorecer los procesos de transición educativa.
“Por medio de esta articulación, se han logrado experiencias significativas, las que están planificadas desde las necesidades de los estudiantes. Este proyecto de transición educativa ha sido de gran enseñanza para todos, donde pueden compartir entre ambos niveles, involucrando a toda la comunidad”, dice Romina Ovalle, estudiante USS y docente del establecimiento.
Carol Hewstone cuenta que desde 2020 a la fecha, a través del Proyecto Colaborativo de Vinculación con el Medio, ABP y progresiones curriculares: promoviendo más aprendizajes, la USS ha capacitado a más de 100 profesores en la Región de Los Ríos, los resultados obtenidos han permitido que sea invitada a exponer en conferencias internacionales, como en el Tercer Simposio Latinoamericano y del Caribe de Investigación en Educación Inclusiva, realizado a principios de octubre.
Para Hewstone, “es importante que los establecimientos rurales puedan pensar en alternativas para que los niños puedan mantenerse en este contexto educativo, de acuerdo con las características de la zona geográfica en la que viven”. Así, durante la pandemia, surgió la idea de utilizar las radios comunitarias y las redes sociales. “En muchas zonas hay escasa o nula conectividad a Internet, pero en todas las casas existe acceso a la transmisión de radio y es lo que permite llegar a todos los estudiantes”, señala.
En ese sentido, los docentes pueden trabajar grabando cápsulas de contenido, que se hacen llegar a los estudiantes a través de la radio comunitaria. “Lo interesante es que llegas al hogar de tus estudiantes con una interacción diferente, con un lenguaje sencillo que también escucha la familia y se puede involucrar en el aprendizaje”, señala la académica.
Esta experiencia se vivió en la Escuela Rural de Riñinahue, en Lago Ranco, quienes compartieron su espacio en la radio comunitaria para la transmisión de proyectos de ABP elaborados por los estudiantes de Educación Diferencial y Pedagogía en Educación Física USS, favoreciendo el acceso no solo a contenidos, sino también a la explicación de guías de trabajo, entre otros.
Vilsia Padilla, docente del establecimiento, señala que se detectaron muchas ventajas con esta iniciativa: “las cápsulas facilitaron la adquisición de aprendizajes, como también el cumplimiento del currículum nacional y -lo más importante- logramos un aprendizaje profundo, puesto que los estudiantes fueron los propios generadores de sus aprendizajes”, señala, destacando como resultados el aumento en la recepción de actividades y la mejora en los resultados de la evaluación.