Empleabilidad, un desafío ineludible

El número de titulaciones en pregrado en el sistema creció un 44% en los últimos cinco años. Es evidente que los profesionales que salen al mercado laboral requieren más que la formación disciplinar para destacarse  en su área.

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Al elegir una carrera, los estudiantes consideran factores como la vocación, las habilidades, el puntaje en la PSU, en algunos casos la tradición familiar, la extensión del programa, el arancel y también la empleabilidad e ingresos que esa profesión les podría reportar. Estos dos  factores se deben analizar bien, ya que resulta en extremo complejo hacer una proyección del mercado laboral de una determinada profesión para los próximos seis o siete años, periodo que, dependiendo de la carrera, tarda un joven en trabajar después de cursar sólo el pregrado.

Esta incertidumbre se agudizará con los años debido a la revolución tecnológica que generará modificaciones hoy insospechadas en el mercado laboral. Tampoco sabemos cómo cambiará el mundo productivo y las necesidades de la población. Si bien podemos hacer proyecciones respecto de la empleabilidad de una profesión en específico, hay un amplio margen de incertezas.

Resulta en extremo complejo hacer una proyección del mercado laboral de una determinada profesión para los próximos seis o siete años.

Sergio-CastroEn ese contexto, quienes nos desempeñamos en la educación superior debemos asumir que la empleabilidad es parte de nuestra tarea. Hacer los esfuerzos posibles por insertar a los estudiantes en el campo laboral luego de que egresan es un deber moral con ellos, sus familias y el país. Se trata de un desafío mayúsculo que debemos enfrentar desde los primeros años de formación.

Entregarles una formación disciplinar de excelencia para que cuenten con las herramientas técnicas para desenvolverse en el exigente campo laboral es básico.  Pero hoy sabemos que eso es sólo la base, el desde. Frente a la alta competencia, los profesionales requieren contar con elementos distintivos. Según cifras del Servicio de Información de Educación Superior, SIES, en 2016 se titularon en Chile 195.838 profesionales de las instituciones de educación superior en programas de pregrado. Alrededor de la mitad de ellos corresponde a egresados de universidades. El número de titulaciones en pregrado en el sistema creció un 44% en los últimos cinco años. Es evidente que los profesionales que salen al mercado laboral requieren más que la formación disciplinar para destacarse  en su área.

Frente a la alta competencia, los profesionales requieren contar con elementos distintivos.

El desafío es complejo, pero ineludible. Para la USS lo primero es dotar a los profesionales de un sello que los identifique con nuestro proyecto educativo que está centrado en los valores del humanismo cristiano. También buscamos entregarles competencias transversales que les serán  muy útiles en su desempeño laboral. Sabemos que el medio valora cada vez más a las personas responsables, creativas, capaces de trabajar en equipo, asertivas, autónomas, con iniciativa y flexibles. Potenciar esas competencias en los estudiantes de todas las carreras va en paralelo con la formación disciplinar. Asimismo, debemos vincularnos con el sector productivo tanto para generar redes como para detectar necesidades de recursos humanos que podríamos formar.

La empleabilidad es un tremendo desafío para todas las instituciones del sistema, pero también para cada estudiante que ingresa a la educación superior que debe, desde los primeros años, cimentar su camino hacia el campo laboral.

Sergio Castro Alfaro
Vicerrector sede Concepción
Universidad San Sebastián

Vea la columna en diario El Sur

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