Carlo Pedemonte y Francisco Belmar, estudiaron a 600 kilómetros de distancia, pero los une un denominador común: ambos son parte de los más de 100 nuevos médicos que recientemente se titularon en la Universidad San Sebastián y que quieren quedarse ejerciendo la profesión en sus regiones.
Se trata de historias paralelas. Dos jóvenes que querían ser médicos, uno de ellos vivía en Puerto Montt, el otro en Concepción. Después de siete años de gran esfuerzo personal y familiar, lograron su sueño.
Francisco recuerda que lo más difícil durante los primeros años de su carrera fue estar lejos de su familia, que vive en Los Ángeles. “No eran muchos los recursos que teníamos, entonces podía viajar cada dos o tres meses en bus por un fin de semana y luego tenía que volver”. Él estudió la carrera en la sede de la USS De la Patagonia, en Puerto Montt.
El recién egresado quiere ser ginecólogo y está postulando a la beca para poder especializarse, y en eso influyeron fuertemente sus docentes.
En el caso Carlo, nacido y criado en Concepción, es distinto. Su pasión siempre ha sido el deporte, tanto así que en la USS obtuvo una beca deportiva y representó a la Universidad durante toda su vida académica como seleccionado de voleibol, eso sumado su interés por el trabajo social le indicaban que Medicina podía ser su opción de vida. “Una vez adentro me di cuenta que realmente no me equivoqué, me gustó mucho y soy feliz de haber elegido la carrera”, comenta el joven egresado.
Carlo ahora tiene que decidir qué especialidad seguir, y se debate entre Traumatología y Otorrinolaringología, pero antes iniciará el periplo como médico general de zona. “Me gusta trabajar con la gente, creo que las personas de sectores más rurales son muy agradecidas y uno puede hacer muchas más cosas, lo considero una experiencia profesional que vale la pena vivir”, señala.