Cada 8 de junio los Océanos conmemoran su día a nivel mundial, aunque las cifras distan mucho de un escenario favorable. Contaminación y fauna afectadas por plásticos son parte del crudo panorama.
Aunque estemos a kilómetros de distancia, los océanos tienen directa relación con nuestra calidad de vida. Un océano saludable se traduce en un planeta menos enfermo, con mayores herramientas para cuidar a quienes habitan en él. El gran problema -al igual que en el resto de los temas ambientales- es el actuar del hombre. Contaminación, plásticos que matan animales y pesca indiscriminada son algunos de los tantos daños que la humanidad provoca a sus mares.
Para visibilizar este escenario, la Organización de Naciones Unidas (ONU) conmemora cada 8 de junio el Día Mundial de los Océanos, teniendo este año el lema “El océano: vida y medio de subsistencia”. “Con el 90% de las poblaciones de peces grandes mermadas y el 50% de los arrecifes de coral destruidos, estamos extrayendo más del océano de lo que se puede reponer”, afirma el organismo. “Debemos construir una conexión con el océano que sea inclusiva, innovadora y basada en lecciones del pasado”.
José Miguel Arriaza, director de la Escuela de Ingeniería Civil, Minas y Sustentabilidad de la Universidad San Sebastián, coincide con el llamado a proteger nuestros mares, repasando algunas de las cifras que dan cuenta de su impacto mundial (números de la ONU).
Pese a la importancia que revisten los océanos, su cuidado y conservación siguen siendo un tema pendiente. Basta con repasar los siguientes números:
“Se hace necesario trabajar en políticas públicas y programas destinados a la protección de nuestros océanos, sobre todo en un país como el nuestro donde tenemos más de 5 mil kilómetros de costa. Avanzar en medidas de conservación y protección de nuestros océanos es una tarea de todos”, concluye Arriaza.