Las viviendas creadas con el sistema de impresión 3D contribuyen a la sostenibilidad ambiental al generar menos residuos en la construcción.
Las impresoras 3D permiten diseñar y replicar estructuras. Su uso se ha ido extendiendo a la construcción de casas prefabricadas e incluso a otro tipo de viviendas más tradicionales. No obstante, es una tecnología que recién se está aplicando y aún quedan aspectos por resolver, como la calidad de los materiales y la adecuación a las normas de construcción.
Esta tecnología ya se aplica en varios países. Recientemente en Virginia, Estados Unidos, una familia recibió la primera casa impresa en 3D construida a través de la ONG Internacional Habitat for Humanity.
Para el desarrollo de viviendas se utilizan dos tipos de impresoras 3D. “Una de ellas tiene un brazo robótico que cuenta con una herramienta especial que permite ir imprimiendo un cordón de hormigón u otro material, que va generando muros. La otra impresora consta de una estructura metálica con unos rieles, siendo más parecida a una tradicional. En ella se introducen los planos y a través de un software, la máquina imprime prácticamente todos los muros de la casa”, indica, Ginnia Moroni, académica de la Facultad de Arquitectura, Arte y Diseño de la Universidad San Sebastián.
Además, señala que el brazo robótico que imprime piezas prefabricadas permite aumentar el límite de altura, ya que son ensamblables.
En cuanto a la materialidad, se trabaja con un hormigón especial y con tierra o adobe para dar forma a las estructuras de una vivienda a través de las impresoras 3D.
La académica señala que ya se están creando distintos tipos de mezclas de hormigón, aunque “no es de fácil acceso todavía, porque se requiere de mucho conocimiento para su elaboración. Tiene que ser fluida para que pueda salir por el tubo de impresión y, al mismo tiempo, que sea lo suficientemente rápida de secar para seguir armando la estructura hacia arriba”.
La mayoría de las estructuras de este tipo se han construido en países que no tienen sismos. Sin embargo, la académica precisa que hay naciones que sí son sísmicas como China que “está muy avanzada en materia de Arquitectura Impresa y ha desarrollado tipologías de estructuras que están asociadas a sistemas mixtos, donde se mezclan estructuras de acero con sistemas de impresión. De hecho, ya se construyó un edificio de cuatro o cinco pisos utilizando esta tecnología”.
¿Cuáles son las ventajas? La arquitecta sostiene que el hormigón tiene una alta huella de carbono y la impresión 3D permite disminuir la cantidad de la mezcla, porque no hay que levantar muros llenos y contribuye a la sostenibilidad ambiental. Además, al ser elementos que se construyen en forma automatizada, permite generar formas mucho más diversas y eficientes estructuralmente”, concluye, la académica.