Este fin de semana los termómetros se dispararán en el centro del país, debiendo echar mano a ventiladores, aires acondicionados y al ingenio para evitar el calor. Considerando que el cambio climático también hace lo suyo, ¿cuál es el sistema de ventilación más eficiente?
A prepararse. Entre el sábado 4 y el lunes 6 de diciembre los termómetros volverán a enfadar a los amantes de los días más fríos. Se espera que entre las regiones de Valparaíso y El Maule las temperaturas superen los 33° promedio, elevándose incluso hasta 38° en comunas como Curicó, Linares y Parral durante el domingo.
En la misma jornada, el calor en Santiago, Rancagua y Los Ángeles se empinaría hasta los 36°. ¿Cómo refrescar correctamente nuestros espacios? José Miguel Arriaza, director de la Escuela de Ingeniería Civil, Minas y Sustentabilidad de la Universidad San Sebastián, entrega algunos tips para hacerlo sin malgastar dinero y energía.
Se habla de “ola de calor” cuando durante tres días seguidos los termómetros superan los 33 grados. Y las proyecciones para los próximos meses son claras. Las temperaturas se empinarán por sobre esa máxima y se hace necesario tomar medidas caseras y gubernamentales para evitar mayores daños al ambiente. “El cambio climático está jugando un rol fundamental en hacer que estos fenómenos ocasionales se transformen en fenómenos recurrentes”, explica Arriaza.
Y dicho cambio climático -que ya causa estragos con marcadas olas de frío y calor en distintos puntos del planeta- obliga a replantearse la manera en que se disponen las ciudades y la construcción de futuras viviendas. Entre ellas, el cómo potenciar las áreas verdes en las grandes urbes.
“El concreto es un material que absorbe mucho calor durante el día y lo libera durante la noche, lo que hace que nuestras casas se sientan calientes en la noche aunque afuera pueda estar un poco más fresco. No hay suficientes parques o áreas verdes capaces de absorber todo ese calor”, agrega el académico.
Mónica Torres, directora de Ingeniería Civil de la USS, apunta a que las altas temperaturas vuelven a poner como protagonista la aislación térmica de la vivienda. “No sólo cumple la función de dar comodidad y condiciones de habitabilidad al interior de ellas, sino que también vuelve las viviendas más sostenibles, disminuyendo el consumo de energía, ya sea para calentar o enfriar el interior”, advierte.
De hecho, “una buena aislación térmica, sumado a la orientación de la vivienda, puede permitir ahorrar hasta un 30% en calefacción durante el invierno, y un porcentaje similar de energía durante el verano”.
¿Qué aislante elegir? Dependerá de la zona geográfica, del análisis técnico y, por supuesto, al costo. “La solución escogida debe tener alta resistencia térmica, aislamiento acústico, resistencia al paso de vapor de agua y un comportamiento ante el fuego, acorde a la normativa vigente”, apunta Torres.
“Los tipos de aislante tradicionales, como el poliestireno expandido, Yeso-cartón, lana mineral, por nombrar algunos, deben ser instalados con la precaución de no dejar ‘puentes térmicos’ (zonas que transmiten fácilmente la temperatura entre el exterior e interior), los que quitan eficiencia al sistema aislante. Este es uno de los errores más comunes en el diseño y construcción de un lugar”, concluye.