Cada persona debe asumir su parte de responsabilidad respecto de su jubilación. Eso corresponde al ahorro juvenil.
En Chile 300 mil personas de entre 18 y 24 años de edad tienen deudas morosas, de acuerdo al informe que elabora nuestra universidad en alianza con Equifax. Esa cifra corresponde al 7% del total de personas con compromisos impagos. No se trata de jóvenes que tengan una deuda controlada, sino de quienes por diversas razones están con los compromisos vencidos. Podríamos suponer que muchos de ellos se encuentran estudiando y no cuentan con ingresos permanentes. No obstante eso, han asumido deudas de las que claramente no pueden hacerse responsables.
A lo anterior podríamos sumar otro dato preocupante. El 38% de los estudiantes obtuvo un mal desempeño en la última prueba Pisa en Educación Financiera que se aplica a nivel internacional. Un porcentaje no menor de estudiantes chilenos, de acuerdo a este instrumento, desconoce conceptos financieros básicos. Algunos -con suerte- logran diferenciar entre deseos y necesidades, por ende, mucho menos son capaces de entender nociones de tasa de interés o impuestos. Si bien no se evidencian diferencias por género, sí hay una amplia brecha por segmento socioeconómico. Los estudiantes con mayores recursos económicos tienen mejor desempeño en estas materias. Es así que resulta probable que esta falta de manejo perpetúe las condiciones de vulnerabilidad.
Los jóvenes que recién incursionan en el mercado laboral tienen herramientas para cautelar su futura jubilación. Lo primero y fundamental es informarse cómo funciona el sistema.
Estas dos realidades nos llevan a plantearnos un panorama complejo para el futuro de nuestros jóvenes. Si ellos no adquieren desde sus primeros años conceptos básicos que les permitan desenvolverse en el mundo financiero y además no desarrollan una conducta de responsabilidad con el uso de los recursos económicos, no es arriesgado predecir que difícilmente se preocuparán de su futuro.
La tercera edad en Chile hoy enfrenta serios problemas debido a las exiguas jubilaciones. Más allá de que el sistema sea perfectible y de que los montos de jubilación aumentarán a medida que el mercado laboral mejore disminuyendo las lagunas previsionales y la subcotización, es un hecho que cada persona debe asumir su parte de responsabilidad respecto de su jubilación. Eso desde los primeros años de trabajo.
Al margen de las reformas que nos permitan perfeccionar nuestro sistema, es relevante que cada persona se comprometa con su jubilación.
Los jóvenes que recién incursionan en el mercado laboral tienen herramientas para cautelar su futura jubilación. Lo primero y fundamental es informarse cómo funciona el sistema. Aquello no sólo les permitirá pagar menos comisiones sino además, en ciertas situaciones, acceder a subsidios estatales especialmente diseñados para trabajadores jóvenes. También pueden optar a distintos mecanismos de ahorro que les permitirán incrementar considerablemente su futura jubilación si es que comienzan durante los primeros años.
En el caso de aquellos jóvenes que desarrollen algún emprendimiento o trabajen de manera independiente es primordial que coticen. Si bien puede resultar más atractivo recibir ingresos más altos hoy para destinar a consumo, deben tomar como un deber ineludible ahorrar para la vejez. No debemos olvidar que durante los primeros años se construye parte importantísima de la jubilación y el tiempo, aunque los jóvenes de hoy lo pongan en duda, transcurre demasiado rápido. Al margen de las reformas que nos permitan perfeccionar nuestro sistema, es relevante que cada persona se comprometa con su jubilación. Y en este ámbito no hay duda que mientras antes, mejor.
Sergio Castro Alfaro
Vicerrector sede Concepción
Universidad San Sebastián
Vea la columna en diario El Sur