Con las bajas temperaturas y la mayor circulación de virus y bacterias durante la temporada invernal aumenta el riesgo de contraer distintas enfermedades respiratorias que además pueden tener consecuencias para la voz como la disfonía y la afonía. Académica de Fonoaudiología entrega recomendaciones.
Dentro de los distintos trastornos de la voz que pueden padecer las personas, la disfonía y afonía suelen ser los más frecuentes. Pero ¿en qué se diferencian?
“La afonía corresponde a la pérdida total de la voz y la disfonía es más bien, la alteración de los parámetros de la voz, respecto a su intensidad, tono y el timbre; su origen puede ser orgánico o funcional”, explica la Dra. Sandra Rojas, académica de la carrera de Fonoaudiología de la USS.
Uno de los principales factores que propician esta situación es la exposición a elementos irritantes como el humo del cigarro y el polvo en suspensión. “También está el hecho de hablar excesivamente o carraspear mucho e incluso para quienes usan la voz para cantar, el tener una técnica vocal inapropiada puede generar una inflamación, hemorragia o la aparición de nódulos vocales”, dice la fonoaudióloga.
A lo anterior, se suman las bajas temperaturas del invierno y la forma de calefaccionar los espacios. “La calefacción seca las partículas que están en el aire y, por ende, la persona que se encuentre en ese ambiente necesitará hidratar mucho más la laringe y tomar más agua para evitar el carraspeo. Lo más conveniente sería tratar de utilizar humidificadores o tomar más agua, no café ni té porque terminarían favoreciendo la deshidratación”.