El autocuidado, especialmente de las caídas, es fundamental para evitar deterioro de la salud de los adultos mayores.
Si en 1990 los mayores de 60 años en Chile solo constituían el 10.1% de la población, en la actualidad ese porcentaje supera el 17.6%. Además, hoy se puede estimar que un 14.4% del total de personas de 60 o más años, presenta dependencia funcional en alguno de sus grados. Esto significa que cada vez son más los que requieren cuidados especiales y atención de salud debidamente capacitada.
De acuerdo a los especialistas, el enfoque que esa atención de los mayores debe tener es hacia la prevención y el primer paso es conocer cuáles son los principales riesgos que ellos enfrentan.
David Sepúlveda, coordinador de Simulación e Innovación en Salud de la sede Valdivia de la Universidad San Sebastián, plantea que “la longevidad, las enfermedades crónicas y las condiciones del entorno aumentan el riesgo de descompensaciones de las patologias de base“.
Por ello, el académico entrega algunos importantes consejos para mantener una buena salud pasados los 60 años.
Estadísticas internacionales señalan que cerca de un tercio de las personas de 65 años y más que vive en sus casas sufre una o más caídas cada año. Además, una de cada 40 ingresará a un hospital. La prevención y autocuidado es un factor clave para evitar estos eventos. Una caída puede ser el primer indicio de una enfermedad no detectada, motivo por el cual es fundamental tener una musculatura que permita al adulto mayor mantenerse en pie.
Estudios realizados en la comunidad muestran que la incidencia anual de caídas se incrementa conforme a la edad: entre los adultos mayores jóvenes de 65-70 años la prevalencia es del 25% y llega al 35%-45% en edades más avanzada de 80-85 años. La persona mayor que se cae una vez tiene mayor riesgo de volver a caerse en los próximos meses. Por otro lado, las caídas al ser causa de morbilidad, mortalidad y dependencia, se asocian a altos costos para los servicios de salud.
Todo lo que altere la marcha y equilibrio contribuye a favorecer las caídas: la disminución de agudeza visual y alteración de la acomodación, la reducción de la circulación sanguínea y de la conducción nerviosa del oído interno; la disminución de la sensibilidad propioceptiva; enlentecimiento de los reflejos; atrofia muscular; atrofia de partes blandas (ligamentos, tendones, cápsula articular, meniscos); o degeneración de estructuras articulares (artrosis).
Una de las principales causas de la pérdida del equilibrio estático y dinámico es el sedentarismo, que en Chile alcanza al 80% de la población adulta mayor. Por ello realizar en forma regular actividad física será central en la prevención de las caídas. Antes de iniciar la práctica del ejercicio, una correcta entrada en calor permitirá rendir más, tener un menor riesgo de lesiones y fundamentalmente disponer del máximo de energía para disfrutar de la actividad.
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