Las condiciones de habitabilidad, el confort ambiental y las normas de construcción son elementos claves para evaluar esta posibilidad en las oficinas. Así lo explica académica de la USS.
La crisis sanitaria por el Covid-19, el teletrabajo y la falta de viviendas ha generado esta tendencia desde hace algunos años en países europeos. Se trata de la transformación o adaptación de edificios de oficinas a viviendas en aquellos casos en que estas estructuras tengan la posibilidad de adaptarse.
Ginnia Moroni, académica de la Facultad de Arquitectura, Arte y Diseño de la Universidad San Sebastián señala que “las oficinas antiguas son más fáciles de transformar porque están pensadas con más subdivisiones, por lo cual sería más simple reacondicionarlas para su uso como vivienda a diferencia de las oficinas más modernas, que trabajan con plantas libres y abiertas”.
En este sentido, dice que las condiciones de habitabilidad y el confort térmico y acústico de un edificio es lo que finalmente “va a definir las modificaciones que se pueden hacer. Esto junto con los estándares de las normas de construcción que tiene el país y que influyen en el proceso de intervención y transformación principalmente por el equipamiento y elementos que se utilizan. Por ejemplo, el cableado eléctrico, el sistema de aislación y ventilación y las instalaciones sanitarias”.
Sobre lo que está pasando en Europa, la arquitecta explica que hay muchos edificios abandonados y “existe una fuerte demanda de vivienda por lo que vienen trabajando este tema hace mucho tiempo. En Chile, probablemente va a empezar a ocurrir, pero aún no es muy alta la densidad de edificios desocupados”.
Ginnia Moroni enfatiza que un elemento clave es la eficiencia energética, que está asociada al confort ambiental. “Lo que más gasta un edificio tiene que ver con la calefacción y el enfriamiento y lo que se persigue es tener estructuras que sean eficientes”.
En cuanto a la luz natural es importante revisar la distribución de las oficinas y ver si la iluminación es adecuada, si no lo es, se debe evaluar posibles modificaciones y revisar si son factibles.
Finalmente, sobre los edificios nuevos la arquitecta advierte que no son muy adaptables. “Tienen concentrados en un núcleo, los baños o servicios sanitarios, entonces es complicado lograr que cada departamento tenga su baño. En los edificios antiguos, por el contrario, encontramos una arquitectura más similar a una casa, especialmente en el centro de Santiago”.