Cómo un voto influye en las decisiones de un país

Vicerrector de la sede Concepción de la Universidad San Sebastián, Sergio Castro, plantea que no votar es demostrar una indiferencia mayúscula frente al devenir del entorno.

Elecciones municipales 2012

Según los resultados de la última encuesta Adimark, un 48% de la población se manifestó algo o muy interesada en participar en los comicios municipales. La cifra no es significativa y marca sólo un leve aumento en el interés por votar en estos sufragios en comparación al sondeo anterior.

En este mismo marco, un estudio encargado por el INJUV arrojó que un 77% de los jóvenes muestra algún grado de intención de participar en las elecciones. El 50% asegura que votará el domingo 23 y un 27% plantea que probablemente lo hará.  En tanto, entre quienes dicen que se restarán, sus argumentos son que da lo mismo quién gane pues las cosas seguirán igual y otro porcentaje no se siente representado por ningún candidato.

Desde hace un tiempo hemos notado en los jóvenes una progresiva desafección de los asuntos públicos.

Sergio-CastroEste estudio determinó que los principales sentimientos hacia la política entre los jóvenes son la desconfianza (78%), la irritación (43%) y el aburrimiento (41%), lo que resulta como primera mención al ser consultados.

¿Nos deberían preocupar estas apreciaciones? Por supuesto que sí. Desde hace un tiempo hemos notado en los jóvenes una progresiva desafección de los asuntos públicos. Se da  una mezcla de apatía y desconfianza en que han influido diversos factores como las irregularidades cometidas por políticos, los conflictos entre diversos conglomerados y la escasa empatía con los problemas de la gente que se observa en muchos de ellos, además de la falta capacidad para dar solución a las carencias de la población.

Pero en este contexto también habría que mencionar el individualismo que caracteriza a amplios sectores de jóvenes que no manifiestan mayor preocupación por sus comunidades. Un individualismo que se contrapone a una vida llena de ideales que uno esperaría encontrar en esta etapa cuando los deseos de cambiar el mundo y mejorar la calidad de vida de sus semejantes deberían movilizarlos.

Los comicios municipales, por lo demás, dan la posibilidad de elegir a aquellos que tienen en sus manos la solución de los problemas cotidianos de la gente.

Sin duda, los adultos tenemos parte de responsabilidad en esta situación al no haber podido entusiasmarlos y convencerlos de que participar en las elecciones no es sólo un derecho propio de la democracia, sino también un deber. La generación que fue capaz de recuperar la democracia y demostrar que con el poder de la voluntad ciudadana es posible cambiar el destino de un país, tiene hoy que alentar a los jóvenes a cumplir el deber mínimo de un ciudadano.

Los comicios municipales, por lo demás, dan la posibilidad de elegir a aquellos que tienen en sus manos la solución de los problemas cotidianos de la gente. No votar, entonces, es demostrar una indiferencia mayúscula frente al devenir del entorno. Los adultos tenemos el deber no solo de ir a sufragar, sino de convocar a nuestros hijos, sobrinos y alumnos a participar en estas elecciones. No hay que olvidar que cuando las mayorías se manifiestan, generan grandes cambios.

Sergio Castro Alfaro
Vicerrector sede Concepción
Universidad San Sebastián

Vea la columna en diario El Sur

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