Los autores se basan en evidencias contundentes para contar de un modo ágil los eventos políticos transcurridos desde la noche del 4 de septiembre, cuando se concretó el triunfo electoral de Salvador Allende, hasta el 3 de noviembre, día en que el presidente democratacristiano Eduardo Frei Montalva le hizo entrega del mando de la nación al político socialista.
Ambos ofrecen una perspectiva que va más allá de esos sesenta días para vincular la elección presidencial de 1970 con procesos nacionales e internacionales hundidos en las décadas anteriores y que no dejan de proyectarse en nuestro presente.
En 1970, se abrió un período de conflicto político cuyos efectos en la ruptura democrática de 1973 adquirieron una dimensión de gran envergadura para todas las chilenas y chilenos. El país terminó de perder su prolongada moderación y comenzó a ser un actor en la política mundial, ubicado en el ojo del huracán de la Guerra Fría.
A medio siglo de esos sucesos, los autores proponen que la democracia chilena tiene una resiliencia que descansa en el respeto de las personas y en la sujeción de la autoridad y los ciudadanos a la ley.